Familias afectadas con la crecida del río El Limón se recuperan lentamente

Ya han pasado casi 5 meses del desbordamiento del río El Limón, que arrastró todo lo que encontró a su paso el 9 de septiembre del 2020, un terrible evento que se mantiene vivo en la mente de los afectados.

A pesar del tiempo, los vecinos de los sectores Mata Seca, El Piñal, Los Rauseos, ubicadas en El Limón, y La Candelaria, se mantienen a la expectativa cada vez que el cielo se nubla y comienza a llover.

UN TEMOR LATENTE

Teresa Mendoza, habitante de la comunidad Los Rauseos, nos comentó que para todas las familias que viven en esa comunidad el temor de volver a vivir una experiencia como esa, los persigue.

“Cada vez que se nubla el cielo y comienza a llover, somos muchos los que comenzamos a rezar para que el río no se salga de su cauce y se escenifique lo que se vivió primero un 6 de septiembre hace 33 años y luego un 9 de septiembre hace casi 5 meses”.

“Era mucha agua junta, ver como los electrodomésticos, camas y sillas se pasean por las calles full de agua, era como revivir ese momento tan desagradable”, comentó con lágrimas en los ojos.

Son muchos los días que el cielo amanece triste igual que nosotros – dijo Mendoza- a la expectativa de lo que pueda pasar, confiemos en Dios que las cosas irán mejorando, aunque el tiempo será nuestro mejor aliado, curará las heridas físicas y del alma”.

TRAGO AMARGO SIN RESPUESTA

Wilson Alexis Viloria nos comentó que el trago amargo aún no ha pasado. “Cada mañana despierto con esa sensación de miedo, sobre todo si llueve, aunque las maquinarias siguen haciendo el trabajo, pero la naturaleza es impredecible y ese es el temor más grande que tenemos que el agua y el barro vuelva a entrar a nuestras casas y terminemos de perder los pocos enseres que nos quedan”.

Mencionó que el gobierno local realizó censos para las familias que los perdimos todo, pero aún no nos han entregado nada y mientras tanto seguimos improvisando. “A mí me gustaría ser reubicado, ya que es imposible dormir o estar tranquilamente en casa a la expectativa de cualquier cosa”.

INCERTIDUMBRE Y ANGUSTIA

Las lluvias son constantes para la zona, lo que genera más nerviosismo. “Los trabajos de limpieza de las calles y casas se ha adelantado mucho; sin embargo la sensación que el agua nos va a arrastrar vivirá mucho tiempo en nosotros”, dijo Luis Sánchez.

Comentó que todavía despierta de noche sobresaltado y pensando que en cualquier momento el agua se meterá a nuestras casas. “Confío en Dios que los organismos del estado harán lo posible para canalizar el cauce del río y que esta experiencia no se repita por tercera vez”.

EN LA CANDELARIA AÚN ESPERAN POR LA AYUDA

Por su parte, los afectados de La Candelaria aseguraron que a 4 meses de la tragedia la ayuda que les ofrecieron los organismos gubernamentales como la Alcaldía y la Gobernación del estado, no ha llegado.

Ramón Arévalo comentó que tiene 50 años vivienda en la comunidad y que le ha tocado vivir las dos tragedias y en ambas oportunidades han tenido que levantarse por sus propios medios, pues no han gozado de los beneficios que ha dado el gobierno.

El alcalde vino y se reunió, dijo que regresaría y lo único que nos dieron fue dos colchonetas en la que duerme mi hija en el piso y 2 puertas que no podemos usar porque una de ellas está sin cerradura. Allí están las marcas que dejó el barro porque ni la pintura que prometieron la trajeron”.

Señaló que viven 4 familias en su casa y todos se vieron afectados, al mismo tiempo que añadió que poco a poco han ido comprando sus enseres. “La cocina, el televisor y la nevera se dañaron y esos electrodomésticos que estaban en El Coliseo que era para las familias que más lo necesitamos nadie sabe a dónde fueron a parar”.

La realidad es muy distinta y como buenos venezolanos estamos acostumbrados a salir adelante por nuestros propios medios y esta no será la excepción. “Dios nunca abandona a las personas de buena voluntad”.

IRIOS MÉNDEZ | elsiglo
fotos | JOEL ZAPATA