Los tradicionales hervidos, sancochos de fines de semana ha dejado de ser costumbre entre las familias venezolanas, el alto costo de los ingredientes para realizarlos se ha convertido en un lujo.
Los comerciantes de los mercados municipales de Maracay destacaron que la venta de las verduras, hortalizas y otros ingredientes que lleva el tradicional plato ya no se vende en gran cantidad, sino de a poquito y eso incide en las bajas de las ventas.
Al respecto, María Luisa Nieves, carnicera destacó, “las ventas han bajado bastante, ya no es como antes que los fines de semana o de celebraciones tales como el Día de las Madres por ejemplo, que la gente busca para hacer una sopa, ya no se ve esa emoción para prepararla, las personas están buscando lo esencial, menos cantidad”.
Por otro lado, María Pérez, vendedora de verduras y hortalizas señaló, “la venta de las verduras se mantienen regularmente, hay rubros que han aumentado un poco y no se venden con tanta regularidad, sin embargo, todavía quedan personas que compran de vez en cuando para hacer las acostumbrada sopa domingurera”.
En este sentido, los dueños de los restaurantes y puestos de comida que se dedican a la venta del plato ya preparado, indicaron que por cada 2 platos de sopa que venden, se gana uno solo, por ende está dejando de ser rentable, porque las ventas han bajado considerablemente.
El señor Jorge Curvelo dijo, “las ventas han bajado un 90%, anteriormente se puede decir que se vendían entre 8 y 10 sopas diarias y ahorita puedes vender 3 cada 5 días, el gasto que se genera para hacer una sopa para tres personas es de más o menos 800 mil y un millón de bolívares sólo para 3 personas, comprando de un kilo por rubro”.
Los precios de algunos de los ingredientes para la elaboración modesta de una sopa se ubican en el kilo de costilla 421.600 el kilo; el kilo de yuca 50.000; el apio, ocumo, 180.000 mil bolívares; el ñame 10 0mil bs., el jojoto se ubica en 30.000 mil la docena; sin incluir otros ingredientes esenciales como aliños, sal, cubitos, entre otros.
JOSÉ CARPIO G. | elsiglo
