Cerca de la 1:30 de la tarde de este jueves, varios delincuentes asesinaron de un disparo a la altura del cráneo a un funcionario de la Policía de San Diego en la parte alta del sector 23 de Enero, parroquia Magdaleno del municipio Ezequiel Zamora del estado Aragua.
La víctima de ese hecho de sangre respondía al nombre de Rafael Gil Rodríguez, quien portaba una credencial de oficial del cuerpo policial del municipio San Diego, en Carabobo.
El cadáver quedó inclinado hacia el espaldar de la butaca del copiloto de una camioneta Toyota, modelo Meru, de color gris, matrícula AA574NA, según la información proporcionada a los medios de comunicación social.
Vestía para el momento una camisa negra y un pantalón jean, cerca de su cuerpo, se ubicaron dos pistolas pertenecientes a la Policía local.
En ese hecho resultó herido en el antebrazo el conductor de la camioneta, identificado como Jhon Jairo Arias Villas. Ambos funcionarios eran acompañados por Darwin Castillo Méndez, quien resultó ileso en la balacera.
LAS REDES DE LA MUERTE
Realizando una investigación periodística, se conoció que uno de los funcionarios estaba interesado en comprar un vehículo, presumiblemente una camioneta de último modelo, y a través de las redes sociales o “redes de la muerte”, ubicó un carro.
A través de un contacto telefónico, el gendarme contactó al supuesto vendedor en la población de Magdaleno del municipio Zamora. Quedaron a verse en un sitio céntrico del pueblo artesanal, y una vez en la zona, el oficial no logró precisar a ese individuo e inmediatamente estableció contacto telefónico.
En medio de la conversación, el supuesto desconocido alegó que no podía verse en el sitio acordado, ya que tenía un compromiso familiar, y se fijó la cita en el cerro del 23 de Enero.
Confiando en la palabra del vendedor, los oficiales de la Policía Municipal de San Diego y un civil subieron a la comunidad, cuando sorpresivamente vieron a unos sospechosos armados hasta los dientes.
Seguidamente los sujetos dispararon sus armamentos en repetidas ocasiones contra la Meru, y al menos la unidad recibió alrededor de 30 disparos en diferentes ángulos.
DÓLARES DE LA MUERTE
Ante ese ataque sorpresivo, los compradores se vieron en la obligación de retroceder violentamente la unidad y en medio de esa anormalidad, el oficial recibió un disparo en la cabeza.
Asimismo los funcionarios repelieron al ataque, suscitándose un enfrentamiento. Como se trataba de un grupo numeroso, los funcionarios emprendieron la retirada a toda velocidad.
Cuando faltaban pocos metros para llegar al arco de entrada de la población de Magdaleno, frente al Centro Comercial Artesanal, los funcionarios observaron una alcabala móvil de la Policía Nacional Bolivariana.
El conductor, detuvo su marcha, y alzando las manos se identificó como funcionario de PoliSandiego, manifestando que habían sido víctimas de ataque sorpresivo de un bando delincuencial. Al percatarse, Gil ya estaba muerto. Se observó que los cauchos traseros de la Meru fueron impactados por los proyectiles. Relató que se encontraban en esa zona negociando la compra de un vehículo.
La compra se concretaría en moneda extranjera. Se conoció de manera extraoficial que los funcionarios traían consigo la bicoca de 13 mil 600 dólares en efectivo, en billetes de diferentes denominaciones.
Se dijo que Castillo Méndez traía el dinero en pequeñas paqueticos en las partes genitales. Y el cadáver del oficial fue trasladado a la Morgue de Caña de Azúcar para la autopsia de ley.
REFUERZO POLICIAL
Ante los hechos ocurridos este jueves a la 1:30 de la tarde, los funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana pidieron apoyo de las Fuerzas de Acciones Especiales e igualmente de la Policía de Aragua. El refuerzo no se hizo esperar.
Asimismo se presentaron comisiones de la Policía de Aragua, al mando del comisionado José Jiménez, director del Centro de Coordinación Policial del municipio Zamora.
También se acudieron los investigadores del Cicpc, adscritos a la Base de Homicidios de La Villa, bajo el mando del comisario Edgard Hernández, funcionarios de la Policía de Zamora y una comisión de PoliSandiego. La zona se acordonó policialmente.
RAZZIA EN MAGDALENO
Tras suscitarse ese evento sangriento, todos los cuerpos policiales del Estado venezolano realizaron un abordaje en los sectores de mayor peligrosidad, ubicando el paradero de los pistoleros. Se presume que los homicidas forman parte de una organización criminal vinculada en los delitos de secuestro, robo y hurto de vehículos, cobro de vacunas y en otros hechos irregulares.
Aunque no hubo información oficial, los pistoleros podrían formar parte del grupo delictivo que en una ocasión lideró un delincuente conocido con el alias de “El Bola”, quien apareció muerto hace unos tres meses en la carretera nacional entre Palo Negro y Magdaleno.
CAEN EN LA TRAMPA CAZA BOBOS
Pese a la divulgación de la información de “alerta” en los distintos medios de comunicación social de la región de que se abstengan de comprar vehículos o viviendas a través de las redes sociales, los incautos siguen cayendo en la trampa caza bobos. Historias como la ocurrida en la tarde de ayer, muchos ciudadanos han sido víctimas fatales de las bandas organizadas. Hace pocas semanas atrás una pareja de militares fue asesinada a tiros frente a una panadería en Las Tejerías del municipio Santos Michelena.
La negociación se haría en dólares, y en medio del ataque, los delincuentes robaron 4 mil dólares. Los autores de ese doble homicidio, correspondió a la banda de “El Conejo.
Asimismo, un funcionario de la Policía de Miranda y su esposa fueron atacados a tiros sorpresivamente cuando se trasladaron a San Mateo, específicamente en la parte alta a ver un carro. El gendarme resultó herido, y fue llevado a un centro asistencial.
Mientras que un ciudadano que vino de Mérida a comprar un camión dólares en San Vicente, fue atacado a tiros. Le robaron los dólares y una comisión de la Guardia Nacional recuperó un camión. Y así otros hechos. Hay que tener prudencia a la hora de comprar bienes a través de las redes sociales y si después le cambian la flecha, pues simplemente de abstenerse de concretar la supuesta compra.
LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo
