La calle Este 1 de La Morita I con cráteres de punta a punta

Como la luna se encuentra la calle principal de La Morita I en el municipio Santiago Mariño, pero no por lo iluminada, sino por la cantidad de huecos que hay en la mencionada arteria vial.

 

Desde hace más de 4 años la mencionada arteria vial presenta deterioro en la capa asfáltica, y con la llegada de las lluvias el problema se agrava, ya que los huecos quedan camuflados por el agua y los conductores caen en las troneras irremediablemente.

Medardo Ceballos, comerciante de la zona señaló que “el mal estado de las calles tienen bastante tiempo, ese hueco frente al negocio es un tragacarro, muchos vehículos se han caído y se han dañado en consideración”.

Otro de los problemas que atribuye el señor Ceballos, es las constantes fallas de energía eléctrica aseverando, “es una perdida para nosotros los que hacemos vida comercial en la zona, se nos va dos veces al día y a veces por 5 horas, eso merma las ventas”.
Por otro lado, Pedro Hernández acotó, “de ese hueco y de las calles de La Morita I sólo se acuerdan en elecciones, en ese momento pasan haciendo promesas, lo tapan con pañitos de agua caliente pero cuando se enfría vuelve a salir el hueco y de él se olvidan, no vale la pena declarar para qué si siempre es lo mismo, enfatizó.

Por otra parte, Gabriel Castillo, habitante afirmó, “nadie hace nada por los huecos de estas calles, tenemos como 4 años con bocas de visita destapadas, las calles no sirven para nada, toda de punta a punta es hueco por donde quiera”.

Cabe destacar que algunos de estos huecos son bocas de visita y los mismos vecinos han marcado con cauchos para que puedan ser vistos por los conductores.
Entre tanto, Alberto Rosario indicó, “esto no tiene compón, esta calle tiene muchísimos años así, están muy deterioradas.

Los habitantes de La Morita I esperan con ansias que la alcaldesa del municipio Santiago Mariño, Joana Sánchez incluya a la comunidad en plan de embellecimiento de la jurisdicción, para que asfalte la calle Este I, y los que por allí transitan y habitan puedan circular sin contratiempo, y sin el temor de que uno de los vehículos sea “tragado” por los cráteres lunares.

JOSÉ CARPIO G. | elsiglo