En el primer nivel del curso de robótica de Insajuv, hay más de una decena de niños entre 8 y 15 años, que se enamoraron de esta rama multidisciplinaria, y actualmente están aprendiendo conceptos básicos como el funcionamiento del sistema eléctrico e hidráulico.
Estos chicos tienen en sus mentes ideas ingeniosas que buscan ayudar a las personas, como diseñar autos con mecanismos anti-choques y nanobots que ayuden a curar enfermedades, entre otras invenciones.
Diego Valentín Picariello Villegas, de 10 años, no sólo maneja elementos básicos como la creación de un brazo hidráulico, de gran utilidad en la industria, sino que supera sus propias dificultades de adaptación al entorno, dejando en segundo plano su déficit de atención con hiperactividad, gracias a su gran inteligencia.
Tiene un objetivo: crear artefactos que contribuyan a la sociedad: «Yo quiero crear un robot que contribuya con el avance de la medicina», reveló.
Esos sueños los comparte con su compañero Salvador Velasco, de 8 años, quien permanentemente imagina un robot o artefacto super resistente. «Yo vi muchos videos sobre robots, así que me pregunté cómo podía crear mi propio robot. Siempre me ponía a hacer experimentos con hielo y empezaba a hacer escultura con plastilina o gelatina», recordó el pequeño.
Cuando sea grande, Velasco diseñará a un robot destinado a los experimentos científicos, e incluso quiere hacer una armadura inspirada en la película «Iron Man».
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«Sería increíble crear un muñeco de prueba, que sea indestructible y que no le pase nada. También tengo en mente crear un casco, máscara o rodilleras para que las personas se protejan», relató.
Lino Hidalgo – elsiglo
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