La crecida de un río, a causa de las intensas lluvias provocadas por la tormenta tropical Julia y por las precipitaciones propias de la época de invierno, ha anegado una importante carretera del oriente de El Salvador y ha causado inundaciones en zonas de residencia rurales.
Se trata del río Grande de San Miguel, ubicado a unos 116 kilómetros de San Salvador, que es uno de los más extensos del país y que durante la época de lluvia se desborda produciendo daños en zonas aledañas.
La crecida del río ha anegado un tramo de la importante carretera de El Litoral, según pudo constatar este viernes EFE. Dicha arteria conecta a San Salvador con San Miguel (oriente) y por ella transitan camiones de carga y furgones con dirección a Honduras y viceversa.
“ALGO NUNCA VISTO”
La crecida y desbordamiento del río provoca inundaciones en diferentes cantones y caseríos de San Miguel, entre ellos el cantón La Canoa, donde se han visto afectadas unas 60 familias.
Wilmer Marenco, residente en la zona, comentó a EFE que las lluvias provocadas por la tormenta Tropical Julia, que afectaron al país entre el 9 y el 10 de octubre pasado, “destruyeron unas bordas construidas en el río para evitar que sus aguas se desbordaran”.
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“En la historia de (La Canoa) es la primera vez. Esta vez el agua paso más de los 2 metros de altura (…) aquí estamos en el riesgo que cada vez que llueva la comunidad se va a llenar de agua porque ya no tenemos protección”, expresó.
Señaló que han quedado “vulnerables” y que “cada vez que llueva en la parte norte de San Miguel, acá está propenso a sufrir las llenas (inundaciones)”.
Marenco explicó que las aguas del río Grande desembocan en la playa El Espino (oriente).
Agregó que, por el momento, las autoridades no les han brindado algunas solución a su situación.
PASO ANEGADO
Las aguas del río Grande llegan hasta la carretera de El Litoral cuando se desborda, lo que provoca que un tramo de carretera quede anegado y solo camiones de carga y furgones son los que se atreven a pasar, según pudo constatar este viernes.
Policías y soldados se encargan de advertir a los chóferes sobre la inundación en la carretera y desviarlos del camino para evitar que transiten por la zona.
Los coches livianos tiene nula posibilidad de pasar y la mayoría de conductores busca vías alternas para continuar con su ruta.
Según las autoridades salvadoreñas, la tormenta Julia dejó al menos 2.379 personas albergadas, 190 deslizamientos, 433 viviendas afectadas -algunas totalmente destruidas- y 10 personas fallecidas.