César León: El escandaloso encanto de la sordidez

“César León es sin duda uno de las artistas aragüeños más brillantes de su generación. Su trayectoria creativa concebida como una carrera de fondo constantemente en ascenso a partir de una sólida formación en el hacer del teatro, las letras, la palabra, la poesía, la performance, entre otros, y está marcada por una coherencia lúcida que hace de su devenir una propuesta muy eficaz y absolutamente enaltecedora en la manera de desarrollar sus intenciones expresivas”

Su nombre artístico lo define muy bien, como un hombre vinculado a lo extremo, a lo incontenible, a lo culto, pero también a lo palpable, a lo sublime y maravilloso. La Daga Oxidada, estamos hablando de César León, un creador que creció abrazado con la firme convicción de dejar una impronta desde aquello que lo hacía ser y estar.

Sensibilidad poética, inconformismo (hard work) una buena dosis de humor, contestatario y crítico acérrimo, son algunos de los rasgos que caracterizan su personalidad.

Llega a la entrevista con media hora de retraso. Sin embargo, para él parece ser demasiado temprano aún. “Si quieres, podemos tomarnos un café antes de empezar”, dice. Es como si para él, el tiempo no existiera.

De hablar apresurado y contagioso con su esencia de artista impregnada hasta los tuétanos, César es un apasionado de lo que hace, nada lo contiene y lo detiene cuando de expresarse se trata.

Es irreverente, nada complaciente, claro en sus posturas, pero eso no le impide ser una persona afectiva, calurosa y espontánea, entregado sin tregua a desbordar sus emociones.

Es un artista que camina con pausa, nunca tiene prisa y le acompañan en sus manos desde siempre, unos dedos abigarrados de grandes sortijas que los moviliza de forma histriónica al momento de comunicarse.


Es gestual e inquieto con su cuerpo y le sella una risa muy particular, que cuando se ríe lo escuchan hasta los pajaritos porque es muy ruidosa y contagiosa de vida.


César León es un gran liberador del alma y de la piel en cada una de sus propuestas, un hombre con una vida aferrada al arte desde sus propias entrañas, que describe la dramaturgia para “dialogar personajes sobre una hoja de papel, darles vida, parir historias propias y ajenas y decir desde el cuerpo siendo éste la única palabra”.

En esta entrevista podrán conocer mucho más de él: La Daga Oxidada.

LA ENTREVISTA
Has sentido y palpitado el andar creativo desde tu propia piel, y desde muy niño. Hoy te queremos desnudar…

YR: Teniendo 11 años te inicias en el teatro, en el liceo Aquiles Nazoa. ¿Cuéntame de esa primera experiencia que ha debido ser indescriptible, conociéndote tu alma andariega?
– CL: Pues sí, Pedro Verenzuela crea el Club de Teatro y Danzas Sandra Sánchez en el liceo e inscribirme en ese club fue descubrir que ese era mi lugar en el mundo, un escenario me da la posibilidad de diversificarme.

YR: ¿Surge allí César el dramaturgo?
– CL: No, realmente me seduce el hecho de actuar, de descubrir mis otredades, de disfrutar, de hacer reír y llorar, de acercarme eso de desdoblarte, así fuera desde la comedia más sencilla.

YR: Tú siempre hablas de Héctor González como tu primer mentor, el primer gran maestro: ¿Qué ha dejado en tu alma ese maravilloso y mágico hombre de las artes?
– CL: El incalculable valor de la estética, me marcó con esta enseñanza: “Haz teatro de una manera que hasta el que menos sepa, lamente hasta morir no haber llevado una cámara fotográfica”. Me hace ver el valor de lo bello, en su más cruda esencia.

YR: Hay una escuela que te dio señas, fue el Laboratorio Teatral Ana Julia Rojas en Caracas. ¿Qué personajes de ese lugar influenciaron en tu paso posterior en las Tablas?
– CL: Glorias del teatro venezolano que aún vivían para esos años: Horacio Peterson, Esteban Herrera, Manuela Velo y Rocío Rovira, que aún sigue entre nosotros, y ya había sido mi profe en la Escuela de Arte Dramático de Maracay.

YR: ¿Qué herramientas te dejaron esos grandes profesionales del teatro?
– CL: Descubrir la dramaturgia, dialogar personajes sobre una hoja de papel, darles vida, parir historias propias y ajenas. Y también la posibilidad de ser algo más que actor; escribir, diseñar, decir desde el cuerpo siendo éste la única palabra.

YR: Has manifestado en algunas ocasiones, “no me equivoqué y fue acertado escoger las luces de un escenario”. ¿Cuándo definitivamente, empiezas a entrar en ese fulgor y te pierdes “en una humanidad ajena que de alguna manera tu hacías tuya”?
– CL: Definitivamente haciendo teatro con Decamerón Teatro, bajo la dirección de Héctor González y mi debut como actor profesional, aun estando en formación. Fue con una pieza de Mariela Romero, “El Juego”, en una versión muy polémica.

YR: ¿Es a partir de allí cuándo te enamoras de las letras y la poesía?
– CL: Cuando era estudiante en la EAD empecé a participar en los eventos culturales de la ciudad y al conocer a los escritores leyendo sus textos me fascinó de tal manera que empecé a buscar mi voz desde la poesía. Y la encontré.

YR: Como tú mismo dices “me atrapan los cuentos desenterrando los mitos de todo poeta”. ¿Es allí donde se funde todo en ti, y se desata la creatividad para dejar en la tinta todo lo pertinente al amor, el sexo, la vida y la muerte?
– CL: Sí, desarrollo un trabajo muy marcado por el erotismo y últimamente el homoerotismo, un subgénero literario poco cultivado en Maracay. Así el tema de la vida, la muerte y el sexo, me dan hambre y alimento.

YR: Y surge tu primera obra teatral: Almanaque Bajo el Puente. Sé que esa obra ha sido muy celebrada, ¿cuéntame el respecto?
– CL: Eleazar Marín, la agrega al libro “El valle en dramas”, una antología de dramaturgos aragüeños y artistas como Leonardo Castillo, José Jesús González, Daniel Vásquez y Belkys Rojas la han llevado a escena de diversas maneras y en diversos lugares: Mérida, Bolivia, Colombia, hasta una versión sexo diversa se le hizo.

YR: Posteriormente sale del horno, tu segunda pieza titulada “Lo que nos dejó la Luna”, ¿Y qué te dejó la Luna?
– CL: Una pieza muy biográfica. Es Caracas y yo en ella, con toda su escabrosidad y con todas sus penumbras. La he montado con liceos, a pesar de su escandaloso planteamiento. También ha sido objeto de lecturas dramatizadas y publicada por el Fondo Editorial El Perro y la Rana.

YR: Has manifestado, “desde mis más tierna edad expresarme para mí ha sido siempre una urgencia”. ¿Cuál fue para ti esa urgencia, sobre la poesía para decir o la poesía para leer, cómo te acompañan?
– CL: Porque algo muy importante tenía que hacer y decir y deseaba ser mirado, escuchado. La necesidad de alejar la soledad, la apatía, el desamparo. La necesidad de sentir la compañía de otros, la necesidad de amar y ser amado, dentro y fuera de un escenario.

YR: Vamos a hablar ahora de las Artes Visuales, las cuales fueron siempre un referente importante para ti. ¿Qué te enamora o que te afianza a ti, como hombre de las tablas y de la palabra a esta disciplina de las artes?
– CL: Lo sacro de una sala de exposición. La posibilidad de dialogar con otro a través de su proceso creativo, saber el alma de un artista antes de conocerle el rostro. En ese sentido el Macma se me convirtió en una especie de catedral, con santos reales.

YR: Los Museos de arte en Caracas fueron muy significativos para ese otro vuelo tuyo como artista. ¿Allí me imagino hubo grandes vivencias para que tu humanidad se hiciera más intensa?
– CL: Trabajé en el Museo de Bellas Artes y se me convirtió en mi Capilla Sixtina. El Macci, El Museo de la Estampa y del Diseño Carlos Cruz Diez, el Museo de Ciencias, los Espacios Cálidos del Ateneo. Una hecatombe de estética y discursos que me volaron la cabeza y el alma.

YR: César llegó el momento de hablar de esa, tu gran pasión, el performance, ¿Qué te hace caminar o trajinar, por el performance más específicamente, cuándo ya venías de una experiencia más comprometida desde el Teatro?
– CL: La oportunidad de crear In Situ. Desarrollar una obra sin esperar tanto para su estreno; su espíritu transgresor y peleonero. La hermosa coincidencia entre yo y el espectador como uno solo, siendo la obra de arte.

YR: En Aragua hay una historia muy fehaciente sobre estos andares, está el nombre del Gran Ángel Vivas Arias, quien trasciende fronteras de lo local a lo internacional, posteriormente llega ya en otra generación Trinidad Inserri, quien deja una huella, aún muy fresca en la memoria de cada uno de nosotros, y luego apareces tú, quien ha sido muy constante, pero además con una presencia muy tuya y con otra manera de expresarte, podríamos decir también pionero. ¿Has sentido algún peso sobre tus hombros, sabiendo de la trayectoria de quienes te antecedieron en esa significativa propuesta?
– CL: Un peso no, más bien motivación, un impulso desde la identificación en la manera de crear y consumir arte. De hecho, el slogan que llegamos a usar cuando nace La Daga Oxidada Performers era: “¡Arte para consumo humano!”. Ángel Vivas Arias fue una gran inspiración.

YR: Si algo he valorado profundamente en César el performancista, es tu trabajo desarrollado desde lo conceptual, eres único, tú no eres de aquellos que solo se desnuda para presentar una obra: ¿Cuéntame César qué te hace salir a la escena, el cuerpo o el concepto?
– CL: El uno lleva al otro, el cuerpo es impulsado por la idea. El cuerpo toma la forma de la idea y establece el vínculo con quienes se identifican con esa idea en movimiento, con esa idea que respira.

YR: ¿Cuáles propuestas de las que has presentado te ha dejado mayor satisfacción?
– CL: La acción que más he presentado se llama “Alas en la Espalda” una reflexión acerca del ego y lo que somos realmente, la consecuencia de un acto de amor. Y “El Gran Premio Celebrity Performance”, una sátira acerca de la cultura del espectáculo y el Mass Media.

YR: El performance es arte vivo, y empezó en los años 60 como para definir ciertas manifestaciones artísticas de movimientos vanguardistas, con el tiempo hay quienes han pronosticado su muerte, ¿Qué piensas tú al respecto?
– CL: Eso es un eufemismo para alborotar lenguas atormentadoras. Nada dentro del arte ha muerto, el arte tiene calidad de eterno, así como nosotros cambiamos de carapacho, pero lo que de verdad somos, no. Creo en la eternidad del espíritu.

YR: El performance involucra cuatro elementos: el tiempo, espacio, el cuerpo del artista y una relación entre el artista y el público. ¿A cuál de estos elementos le otorgas más importancia?
– CL: El vínculo con el público desde la emocionalidad, lo que me garantiza ser entendido, comprendido y desde allí, lograr mi objetivo, tocar el alma del otro, de la otra.

YR: ¿Háblame de ese amalgamiento entre el cuerpo y el verbo?
– CL: El cuerpo es una herramienta de comunicación más asertiva que la palabra misma, sin embargo, se le da más importancia a la palabra. Poner el cuerpo junto con la palabra será sano mientras el cuerpo recupere su verdadero rol.

YR: El arte contemporáneo siempre busca redefinir sus formas y maneras, y el performance tiene componentes y mezclas para desarrollar unas propuestas estéticas, que no es solo el cuerpo, allí es donde entre en acompañamiento, el teatro, la música, la danza, la pintura, el video, eso no implica una integralidad, sino que es un valor agregado, ¿Cómo has manejado ese tema al presentar un Performance?
– CL: Desde el inicio busqué muchas otras disciplinas para apoyar mi discurso, maquillaje corporal, el video, la parafernalia teatral, el cuerpo en su máxima expresión. Hoy día he sintetizado todo entre cuerpo y palabra escrita.

YR ¿Cómo te preparas cada vez que tienes que hacer una acción del cuerpo, tanto conceptualmente como corporalmente, empleas algún ritual antes de salir a escena?
– CL: Nada muy especial más allá de, como dicen las viejitas, “encomendarme a Dios”, dándole las gracias por una vez más estar frente a un público.

HABLEMOS DEL HAPPENING

YR: Kaprow, quien fue el primer artista en realizar un happening, lo define como un acontecimiento, como algo que simplemente sucede, ¿Cómo lo defines tú?
– CL: Como una fiesta que agarra a un poco de gente desprevenida y como valor agregado, propone una atmósfera feliz, de celebración, de alegría…

HABLEMOS SOBRE EL FLUXUS

YR: El fluxus, que deriva del performance y el hapening, es una acción que también se da en los años sesenta como movimiento norteamericano, donde hay las mezclas de distintas disciplinas artísticas y tiene una deuda con el Dadaismo, porque retoma la actitud Anti-Arte y cultiva el valor del objeto encontrado: ¿Qué rescatas de esa propuesta que une el arte con la vida?
– CL: Fíjate que no he sido un gran investigador de esta tendencia, pero me produce mucha curiosidad porque más que el cuerpo, es muy objetual, uno o varios objetos tienen en su presencia, su impronta.

YR: César, aún queda mucho por descubrir en esta nueva senda que emprendes en tu vida, en la que estás uniendo el arte con los estudios de Psicoterapia Gestalt: ¿Qué te motiva a tomar la decisión de hurgar en estos conocimientos?
– CL: La posibilidad de ser y estar aquí y ahora, plenamente consciente de que soy el único responsable de mi vida, en los aciertos y en los reveses, y es una oportunidad de ayudar a otros en su proceso de autoconocimiento.

YR: A quiénes agradece César el estar y ser.
– CL: ¡Uy…a un gentío…! Ahora mismo puedo mencionar a mujeres muy importantes: Lali Armengol Argemí y Haydée Pino. Pero de verdad, lo que soy se lo debo a un gentío impresionante…

YR: ¿Qué le debes a Maracay?
– CL: Le debo sus calles que saben tanto de mí, sus bares que saben más aún, la gente que la habita y las que la visitan queriendo quedarse. Le debo cada caída y cada levantada alumbrado por sus postes amarillentos…

YR: Muy agradecida por tu gentileza de haber aceptado hacerte esta entrevista: ¿Deseas agregar algo más?
– CL: Gracias a ti, por ese link entre lo que soy y los que me han hecho ser.

EN PRIMERA PERSONA

YR: A veces somos la suma de todo, ¿Cómo entiendes la felicidad?
– CL: No la entiendo. La ejerzo.

YR: En parte, somos el resultado de los libros que leemos, desde que comenzó César León, en el proceso de convertirse en la persona que es hoy, has debido haber leído incontables libros: ¿Qué títulos has leído recientemente o estás leyendo en este momento?
– CL: Un Curso de Milagros.

YR: ¿Cuál es tu escape preferido para relajarte?
– CL: Mi Habitación.

YR: ¿Qué te impulsa para seguir adelante aun cuando haya circunstancias adversas?
– CL: El hecho de que aún no es mi hora de morir.

YR: ¿Te das el permiso para soñar y para creer que todos los sueños se pueden alcanzar?
– CL: Me doy el permiso para materializar ideas, lejos de esos paisajes romanticones.

YR: ¿Cómo manejas las críticas?
– CL: En automático. En sincrónico sería mucho trabajo.

YR: ¿Qué cosas te hacen reír?
– CL: Todo lo que es y parece absurdo.

YR: ¿Cuándo fue la última vez que te sentiste avergonzado?
– CL: Cuando me dieron un premio que aún no me han entregado.

YR: ¿Cuáles son dos de tus hábitos personales que te han funcionado bien?
– CL: Bañarme con agua bien fría al levantarme. Mi cultura doméstica.

YR: ¿Cuál es una de las batallas internas que debes confrontar todos los días?

– CL: El poder escabroso de la mente.

YR: ¿Qué cosas te hacen enojar?
– CL: La gente que no respeta el tiempo de los demás. Esperar me pudre.

YR: ¿Dime un paisaje que aún recuerdes en la retina de tus ojos?
– CL: El Estrecho del Bósforo, en Istambul. El sector La Hechicera, en Mérida.

YR: ¿Sueñas a colores o en blanco y negro?
– CL: En ambos. Tengo sueños clásicos y sueños modernos (muchas risas)

YR: ¿Te gusta cocinar o prefieres que te cocinen?
– CL: Amo cocinar…!

YR: ¿A qué ciudad de las que has visitado te gustaría volver?
– CL: Istambul y Mérida.

YR: Te pregunto de nuevo: ¿A quiénes agradeces César el estar y ser?
– CL: A mi madre y a mi padre, entendiendo hoy lo difícil que fue para ellos lidiar con alguien como yo. Les amo y les honro.

YR: Insisto neciamente: ¿Qué le debes a Maracay?
– CL: El escandaloso encanto de la sordidez.

Al finalizar la entrevista, César mira su reloj. En media hora más debe estar preparado para un live abordando el tema de sus estrategias para realizar una performance. Y aunque hoy ha sido un día duro en la ciudad, toma el bolso y con la mejor de sus descaradas risas se despide para ir al encuentro con sus seguidores online.