Los usuarios de un banco del Estado venezolano del municipio Ribas denunciaron su mal funcionamiento, lo que impide que la clientela logre sacarle provecho a la semana de flexibilización.
Y es que según los ciudadanos, en su mayoría de la tercera edad y acompañantes, desde la cola que bordeaba una buena parte de la avenida Rivas Dávila, que ya iban para dos días tratando de entrar a la agencia bancaria, pero debido a presuntos inconvenientes con el sistema no habían podido ser atendidos.
Yoikari Salazar, mientras acompañaba a varios familiares dijo: “Tengo ya desde el lunes con mi tía y mi mamá viniendo al banco y no hemos logrado hacer nada, porque según está malo el sistema, entonces nos ponen aquí parados a llevar sol, sin medidas de bioseguridad a esperar, es una falta de respeto, porque aquí todos son abuelitos que necesitan su dinero”.
Beatriz Rodríguez agregó: “Esto es un atropello. Si hay problemas con las redes, con la plataforma con lo que sea, deben informarnos y no mantenernos con nuestros adultos mayores esperando sentados en una acera. Hoy por ejemplo, el banco abrió a las 9:00 de la mañana y sólo entraron cinco personas y ya se paralizó todo. Las autoridades deben armar estrategias para solucionar esto”.
Del mismo modo, Pedro Martínez aseveró estar cansado del maltrato que le dan en esta agencia bancaria.
“Desde el gerente hasta los cajeros nos maltratan, no nos atienden con tacto, no tanto por ser adultos mayores, sino por normas de buen ciudadano. Tengo desde las 4:00 de la madrugada aquí y uno se acerca y no dicen nada, sólo están adentro hablando y mirándose unos a otros, mientras nosotros pasamos la verdadera roncha”.
Por su parte, María Jesús Guaimarata, durante su espera sentada en una acera, mencionó: “Es una falta de respeto lo que vivimos los abuelitos aquí, no obstante, este banco está abriendo desde pocas semanas, se da el tupé de no laborar como debería. Uno necesita hacer sus cosas, comprar su comidita y no nos dan efectivo, no nos dan tarjetas y de paso nos maltratan”.
En resumidas cuentas, quienes esperaban para entrar a esta oficina financiera del Estado, resaltaron que seguirán en la espera de poder realizar sus gestiones, pues es la única forma de poder conseguir sus alimentos y medicinas. “Así nos tengan llevando sol, sentados en la acera y sin medidas preventivas, tenemos que seguir aquí, porque si no, no comemos”, puntualizó María Martínez.
DANIEL MELLADO | elsiglo – La Victoria
