La Federación de Trabajadores del estado Aragua consideró insuficientes las medidas anunciadas por Nicolás Maduro el domingo en el marco de la crisis del Covid-19 en Venezuela.
Raúl Maldonado, secretario de Fetraragua
En este sentido, Raúl Maldonado, secretario de Fetraragua, aclaró “que la inamovilidad laboral es una política desde hace 17 años, que la reanudan cada 31 de diciembre, esto nunca ha sido la solución para los trabajadores, porque es el mismo Estado el que persigue y criminaliza la protestas, y son los trabajadores del sector público los que han sido golpeados por las protestas económicas, esto en vez de ayudar perjudica a la masa laboral”.
“En cuanto al sector privado, los funcionarios del Ministerio del Trabajo se hacen cómplice cuando los patronos de las empresas solicitan reducción de personal y se maneja una cantidad de situaciones; en la práctica no hay inamovilidad laboral que beneficie a los trabajadores, porque es el mismo Estado que la incumple e irrespeta”, agregó.
En cuanto a la suspensión del pago de alquileres de locales y casas, el dirigente gremial aseveró que “esta medida está originando una situación de pueblo contra pueblo, quienes se ven beneficiados, los alquilados, mientras que los propietarios que tienen como medio de subsistencia el alquiler serán los más afectados, enfrentando una parte con la otra. Eso no resolverá nada, debería más bien implementar una medida de subsidio que le permita a la gente responder por sus responsabilidades”.
En cuanto a la medida de la cancelación del salario mínimo de las empresas privadas por intermedio de la plataforma Patria, comentó que esto solo beneficia a las empresas afiliadas a la plataforma gubernamental.
“Si el Estado quiere asumir el compromiso de ayudar a los trabajadores con la cancelación de las nóminas que se han acogido a la cuarentena, deberían pagar a través del salario promedio que vienen disfrutando, es decir, el pago del salario con todos sus beneficios, el sueldo mínimo no le garantiza al trabajador para subsistir dentro de sus hogares”.
JOSE CARPIO G | El Siglo
