Un cartón de huevos vale 40 mil bolívares, lo que equivale a un sueldo mínimo actualmente en Venezuela.
Y al consultar a algunos vendedores del rubro nos aseveraron que la tendencia es que éste siga aumentando, pues los productores casi a diario dan un nuevo ajuste y a los revendedores no les queda de otra que también hacer lo mismo, incluso muchos hasta se ven descapitalizados, pues de la ganancia y otro tanto más para reponer sus inventarios.
En este sentido, Jesús Pedrá, vendedor del producto dijo, “es difícil mantener un precio cuando a uno se lo aumentan semanalmente, lo que uno genera que se supone es la ganancia, en el momento de ir a reponer la mercancía debe llevar lo que ganó y un poco más, por eso la mayoría opta por dejar de vender, pues ya no resulta”.
Por su parte, Ender Torres, quien compra directamente en la granja para vender al mayor dijo, “yo vendo la caja en 440 mil que trae 12 cartones y sale para la venta en 42 mil bolívares y esto por el último ajuste que hicieron”.
“Yo trato de mantener el precio mucha veces a costa de mi ganancia y ajustando muchas cosas, entre ellas los gastos por traslado, pues voy yo mismo, sin embargo no te voy a negar que se ha hecho muy difícil, pues este aumento de cada semana nos tiene locos, ya que no sabe ni qué hacer”.
Finalmente, Trino Oropeza, también vendedor pero en pequeña escala, nos explicó que el producto que se compra más barato son los llamados huevos normales o esquillados, los cuales son los pequeños y que vienen con defectos, tales como algunos medio rotos y otros sucios, y estos al estar en estas condiciones se los ofrecen en 320 mil la caja, lo que los ubica para la venta en 32 mil bolívares el cartón.
Por otro lado, los denominados Jumbo y Extra son los de mejor calidad y se ubican en 40 y hasta 50 mil bolívares.
“El problema está en las granjas con los productores, pues si ellos venden caro y aumentan el precio, nos obligan a aumentar e incluso a tener que trabajar con otra cosa, pues en esta condición tu no le vez ganancia al negocio, sino por el contrario pérdidas”.
JOSÉ LUIS BLANCO | elsiglo
