La colectividad mariñense prefiere salir desayunada de su casa, o en su defecto, con su vianda de comida, pues comer en la calle se transformó en un lujo; tan sólo un desayuno puede llegar a costar 20 mil bolívares.
Las loncherías, panaderías y los establecimientos que están destinados a la venta de comida rápida se encuentran vacíos en horas de la mañana, ya que la clientela regular ha bajado considerablemente.
María de Viera, dueña de un restaurant, aseguró que “las ventas han bajado bastante, anteriormente se vendían muchas empanadas y teníamos hasta empleados, pero la situación se ha venido abajo, mientras perduren los aumentos indiscriminados de aceite y harina de maíz precocido va a ser difícil recuperarnos”.
Sin embargo hay negocios que aún se les mueve las ventas en lo que respecta a desayunos; los encargados aseguran que las cosas no son como antes, que la gente prefiere tener su loncherita.
Leonel Hernández
Tal es el caso de Leonel Hernández, encargado de una panadería, quien comentó que “todas las mañanas se mueven las ventas a pesar de la situación, aunque también hay quienes compran sólo una malta para acompañar la arepita hecha en casa”.
Siguiendo la temática, Victalia Oropeza relató que “desde hace bastante tiempo que no sé lo que es comer en la calle, hay que gastar mucho nada más para una sola comida, en este caso el desayuno, prefiero invertir ese dinero en la casa”.
Raúl Pérez aseveró, “si nos ponemos a sacar cuenta sale más económico llevar la vianda para cualquier lado, con 10 mil te compras una harina, con otros 5 puedes comprar por allí mortadela, la rallas y la rindes. ¿Cuántas arepitas no te comes con un kilo de harina? Te ahorras unos cuantos desayunos en la calle, en estos tiempos hay que ingeniársela y ser ahorrativos”.
Algunos comercios han optado por vender las mercancías por combos, adaptándolos al presupuesto del consumidor, dos empanadas más una malta en 15 mil bolívares, otros locales expenden los desayunos por unidad y estos precios oscilan entre 18 y 20 mil bolívares.
JOSÉ CARPIO G. | elsiglo
fotos | RAFAEL SALGUERO
