Defiende los derechos de los privados de libertad

La ONG Ventana de la Libertad contribuye con la humanización de los recintos carcelarios, así como los derechos humanos, defensa y promoción de las personas que están entre rejas.

Carlos Alberto Nieto, coordinador general de la organización señaló que “en los actuales momentos hay espacios que no están destinados para tener retenidas a personas tales como comisarías, comandos policiales, entre todas estas hay 500 sitios que albergan aproximadamente 50 mil personas que no están acondicionadas para tener a tantos privados, sin mantener unas condiciones mínimas de salubridad”.

Doctor Carlos Nieto, coordinador General de una Ventana de la Libertad

Entre tanto afirmó que la ONG Ventana de la Libertad maneja una cifra de 300% de hacinamiento en toda Venezuela donde los calabozos no tienen la capacidad para albergar tantas personas.
De esta manera acotó, “estamos presentando este problema motivado a los retardos procesales que alcanzan un 80%, y esto degenera otros tipos de problemas como la falta de atención médica a los reclusos, inclusive se están enfermando y algunos mueren por estas situaciones que se les complican por no ser atendidos”.
Asimismo, Nieto destacó que el Ministerio del Servicio Penitenciario a cargo de Iris Varela no atiende a los privados de libertad de Venezuela en estas comisarías o delegaciones policiales, alegando que “esa es responsabilidad de cada espacio donde se encuentren recluidos”.
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Cabe destacar que el Coordinador General de Ventanas de la Libertad afirmó, “no se le garantiza al procesado o privado de libertad una alimentación dentro de los recintos, siendo los familiares que les proveen de alimentos, y en el peor de los casos hay reclusos que se alimentan de animales como gatos, perros, ratas, palomas, para no morirse de hambre; esto es alarmante para la salud”.
Por consiguiente, el doctor Nieto dejó saber los principales derechos de las personas privadas de libertad, entre las que indicó un trato humano y digno, con respeto a su integridad física, psicológica y moral, a estar informada sobre el régimen interno del establecimiento penitenciario, a comunicarse en forma oral y escrita con otras personas, a recibir visitas periódicas, a que se le respete su vida privada e intimidad, a participar en actividades educativas, deportivas, culturales y laborales, ser atendidos con medidas sanitarias y sociales dignas, recibir tratamiento médico necesario cuando padezca de alguna enfermedad infecto-contagiosa aguda o crónica, cumplir reclusión en establecimientos adaptados a su condición especial cuando padezca de alguna discapacidad.
JOSÉ R. CARPIO | elsiglo
foto | JOSÉ RAMÓN GONZÁLEZ