Carlos Alvarado: El presidente roquero más joven de Costa Rica

A finales de 2016, Carlos Alvarado Quesada intuyó que el éxito de movimientos como los que sacaron al Reino Unido de la Unión Europea, o los que boicotearon los acuerdos de paz en Colombia, eran síntoma de un cambio político global que acabaría por llegar a su país, la pacífica Costa Rica.
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En ese momento todavía era ministro de Trabajo del gobierno del centroizquierdista Luis Guillermo Solís, al que, como su jefe de comunicaciones, ayudó a llegar al poder en 2014 para romper con cuatro décadas de bipartidismo.

“Después de ver lo que pasó en Reino Unido con el ‘Brexit’, lo que pasó en Colombia con el referéndum de paz, ver algunas grandes democracias occidentales con riesgos populistas o fundamentalistas, y que mi partido no estaba renovando su liderazgo, decidí involucrarme”, dijo el ahora presidente, con estudios en Inglaterra.

Casado y con un hijo pequeño, este periodista y politólogo de clase media se convirtió el domingo, a sus 38 años, en el presidente más joven de Costa Rica y entró al selecto club de líderes que llegaron al poder antes de los 40 años, como el francés Emmanuel Macron y la neozelandesa Jacinda Ardern.

Sus aliados destacan su preparación y compromiso político, que pulió durante varios años como asesor de comunicación del oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC) en la Asamblea Legislativa y en el sector privado, trabajando para la estadounidense Procter & Gamble.

Sin embargo, sus críticos le reprochan el reciclar promesas que el gobierno de Solís no pudo cumplir, como atajar el creciente déficit fiscal, generar empleos, frenar la delincuencia récord o eliminar la pobreza extrema, área de la que estuvo directamente encargado como ministro.

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Cuando comenzó la campaña en 2017, Alvarado Quesada y el PAC quedaron rezagados en las encuestas lastrados por el desencanto de sus bases con las frustradas promesas de cambio y la ira tras los escándalos de corrupción que salpicaron al gobierno.

Contra todo pronóstico, logró pasar a la segunda vuelta después de que los sectores progresistas reaccionaron al ver de favorito al ex diputado evangélico Fabricio Alvarado Muñoz por su amenaza de sacar al país de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) para no reconocer el matrimonio homosexual.

Roquero de Estado

El candidato oficialista fue de los pocos aspirantes que respaldó el matrimonio igualitario pese a que siete de cada 10 costarricenses lo rechazan y recordó a su contrincante que un país sin ejército como Costa Rica depende de la legalidad internacional para defender sus intereses.

Fuente: Globovisión

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