¿Por qué hay mujeres que todavía no se reconocen como feministas?

Cuesta creer que a día de hoy una mujer no se reconozca como feminista. Más aún, mujeres que ostentan puestos de poder y responsabilidad o que tienen altavoces en el gobierno o en la prensa. Ya solo por el cargo que han conseguido –gracias a su esfuerzo–, deberían ser conscientes de que también hay una razón histórica por la que han podido llegar ahí.

En 2019, algunas mujeres (y hombres) no entienden que la lucha por conseguir la igualdad de derechos es, tristemente, aún necesaria.

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Si una mujer puede hoy trabajar y llegar a dirigir equipos, empresas y países es gracias al feminismo. Gracias a que otras mujeres lucharon por deshacerse del rol de hijas, madres y cuidadoras que la sociedad nos impuso y gracias a la evolución de esa lucha –que, entre otros triunfos, supone que hoy también podamos votar, conducir, administrar nuestro dinero y comprarnos propiedades a nuestro nombre sin necesidad de que nuestro padre o nuestro marido nos den el visto bueno (qué fuerte suena, eh)–.

Por esto (y por la facilidad que nos brinda la era de Internet para conocer todo lo que el feminismo ha hecho por las mujeres y por los hombres), es increíble, demoledor, que una mujer recurra en 2019 a su perfil de Twitter para lanzar este mensaje tan inconexo.

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No ser feminista siendo mujer es muy impactante, pero argumentarlo con un “soy femenina y me gusta ser mujer. La mujer que yo quiero ser, no la que quieren que sea”, lo es aún más, porque denota una alarmante desinformación.

El debate quedaría abierto si ella no se reconociera como feminista porque aceptara un rol patriarcal y no quisiera conseguir erradicar la brecha salarial, el aberrante problema de violencia de género que existe en la sociedad, el acoso que aguantan las mujeres en todos los ámbitos (incluso en aquellos en los que estas hacen una labor que salva vidas, como en la medicina, la policía o el cuerpo de bomberos)…. Pero lo cierto es que ese ‘tweet’ lo ha lanzado desde su puesto de trabajo, probablemente, a través de un móvil que ella misma se ha comprado y subida a unos maravillosos tacones que ella ha elegido llevar. ¿Cómo puede ignorar todo lo que esto supone?