Uno de los servicios públicos que más afecta la cotidianidad de los maracayeros, sin duda es el servicio confiable de agua potable apta para el consumo humano, ya que en muchas de las comunidades este servicio llega esporádicamente o el vital líquido suministrado viene con rastros de contaminación.
Motivado a esta situación, un grupo de emprendedores han decidido invertir en un sistema de purificación del agua, a fin de brindarle una opción de calidad a los maracayeros, para que accedan al agua potable de manera confiable y segura.
A pesar de la considerable inversión que se debe realizar en cuanto a los equipos o al sistema que sirve para purificar el agua, muchos de estos emprendedores obvian la documentación o permisología necesaria para brindarles a las personas confianza y calidad en cada botellón.
Para Lorenzo Chirinos, fundador de un llenadero en el sector San José de la ciudad de Maracay, emprendió esta iniciativa hace seis años, con el objetivo de atender las necesidades de los vecinos de la comunidad, que vio como las autoridades gubernamentales instalaron una bomba en uno de los pozos del sector y a los pocos días el contratista se llevó la bomba y dejó a los habitantes sin opción de abastecerse con el agua potable.
“Hemos trabajado desde ese momento a fin de atender la necesidad de muchas personas, que vienen de distintas comunidades de la ciudad con los mismos problemas, no tienen agua con frecuencia o el agua que les llega no es apta para consumirla”, relató Chirinos.
Destacó que a lo largo de la experiencia ha optado por abastecerse sólo con el agua del llenadero ubicado en Manpa, ya que la empresa que administra este llenadero le hace pruebas fisicoquímicas al vital líquido, garantizando su pureza, adicionalmente se le realiza un nuevo proceso de potabilización brindándole una agua de mucha calidad a sus clientes.
CONFIANZA EN LA COMUNIDAD
Explicó Jimmy González, emprendedor de la comunidad de 23 de Enero, con un año en este negocio, que lo importante de este oficio es brindarle a la comunidad un producto de mucha calidad, por esta razón incursionó en este ramo.
“Tenemos muchos años viendo como la calidad del agua se ha desmejorado, crecimos aquí en 23 de Enero y en esa época podíamos tomar agua de cualquier chorro, hoy la realidad es otra, primero porque no llega con frecuencia y la otra porque viene con un olor extraño, muchas veces amarillenta y eso no es saludable”, mencionó González.
Como un valor de confianza a su negocio, el trabajador ha logrado certificar su producto, para ello ha realizado una fuerte inversión económica y de tiempo.
“Primero tenemos el permiso de la contraloría sanitaria, quienes vinieron al negocio y evaluaron los equipos y el proceso, de esta forma le garantizamos a los vecinos que el agua está recibiendo un proceso de filtrado óptimo; de igual forma hicimos que un laboratorio certificara el producto final, por medio de pruebas fisicoquímicas; de esta forma los clientes tienen la certeza que esta agua es apta para el consumo”, explicó González.
En cuanto al tema de la organización, González señaló que no existe hasta el momento una asociación de comerciantes de este ramo, por esta razón no hay control en cuanto al precio.
“En nuestro caso estamos llenando el botellón por 2,00 bolívares, un precio accesible que no deja una ganancia muy amplia, pero permite que muchas personas accedan al agua de buena calidad, para aumentar lo discutimos con otro llenadero que está cerca para que exista una alianza que no perjudique ni a los comerciantes ni a los vecinos”, destacó.
Este trabajador señaló que surte de agua su negocio de dos llenaderos, el de Manpa que está certificado y de la Universidad Central de Venezuela, que es de manantial, de esta forma hay la certeza de la calidad en el origen del agua.
LLENADEROS SIN INFORMACIÓN
Llegando a recargar su botellón, pudimos conversar con Milagros González, vecina del sector 3 en Caña de Azúcar, municipio, Mario Briceño Iragorry, explicó que debe acudir a esta práctica, ya que el agua no llega con regularidad a su vivienda. “Tengo bastante tiempo recargando el botellón en este llenadero que está en la avenida principal, a pesar de que el agua me parece de muy buena calidad, no se observa ninguna información técnica del negocio, ni permisología o certificación por parte de las autoridades sanitarias del estado”, explicó la joven.
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Con respecto al tema de los permisos, Jimmy González señaló que este tipo de negocio debe contar con el aval de la Corporación de Salud del estado Aragua, quien por medio de la Contraloría Sanitaria emite el permiso de funcionamiento.
MAURICIO BOLÍVAR | elsiglo
