Vendedores de balas frías comienzan a resolverse

En el eje Este del estado Aragua, los ciudadanos siguen haciendo su «sacrificio» para darse un gustito y comerse las populares «balas frías», convirtiéndolas en una de las mejores alternativas para resolver cualquier comida, puesto que no sólo les da un respiro en medio de las diligencias diarias, sino que también les cautiva su paladar con su característico sabor.


Los menús mantienen precios accesibles a los clientes

Los dueños y encargados de estos puestos en los municipios de esta parte de la entidad aragüeña, comentaron que pese a los precios que están manteniendo, las personas siguen adquiriendo esta delicia callejera, que poco a poco se ha ido posicionando en parte de la idiosincrasia gastronómica del venezolano.

En este sentido, en un recorrido realizado por las zonas centros de los municipios se pudo corroborar que los carritos de comida rápida, son la opción más «accesible», pues su costo aunque depende de muchos factores, sigue siendo la elección más acertada para los consumidores.

Los perros calientes están alrededor de 1 dólar, las hamburguesas desde los 2$. Asimismo se pueden conseguir combos de dos perros calientes medianos por «un verde» o al cambio y las mini hamburguesas mantienen el mismo costo. No obstante, las personas tienen la posibilidad de adquirir seis perros medianos, más un refresco en 5$.

Ahora bien, los vendedores cuentan que hasta la fecha las ventas han ido incrementándose, presumen que por la cercanía del mes de diciembre y la flexibilización total. Sin embargo, indicaron que uno de los factores que hace que baje un poco el consumo es el incremento de los costos, a raíz de las alzas descontroladas de los materiales, que los obligan a incrementar el precio de la mercancía.

«Ciertamente con el alza de las divisas todo sube y aunque tratamos de mantenernos en muchos casos nos es imposible, por eso tratamos de crear combos que ayuden a los ciudadanos a comprarnos y por consiguiente nosotros seguir vendiendo para ayudarnos. No obstante, los clientes siguen viniendo y haciendo sus sacrificios para darse un gustito, tomando en cuenta que esta es una de las comidas más económicas que hay», mencionó Jheyson Gabata, encargado de un puesto en la avenida Rivas Dávila de La Victoria.

Por otro lado, el vendedor mejor conocido como «Doctor Kilos», comentó: «A Dios gracias hay una buena racha, no sólo para mí, sino para mis compañeros perreros en La Victoria, El Consejo y San Mateo, es tanto que hay días que no nos damos abasto y nos cooperamos entre nosotros, que es lo bueno. No voy a mentir que hay días flojos, pero también contamos con el apoyo de los distribuidores que conocen la realidad y nos apoyan. Seguimos trabajando con la mejor disposición y ofreciendo los mejores precios para agradar a los ciudadanos y por consiguiente a nosotros».

LA GENTE HABLA DE LA COMIDA RÁPIDA

En cuanto a este tema, los consumidores no expresaron su queja hacia los vendedores sino al alto costo de la vida, pues señalaron que ellos son también una víctima de la inflación que se está viviendo actualmente en el país.

«Es bien sabido que todo está subiendo, entonces culpar a los comerciantes de los precios es algo ilógico, ya que ellos no lo hacen porque quieren, sino porque es su obligación si quieren mantener su puesto de comida que generalmente son su única entrada de dinero. En nosotros los consumidores está el cancelar o no», dijo Mariana Sánchez.

Por su parte, Carlos Tirado expresó que la calidad de las comidas es otro factor de queja para el consumidor, ya que según nadie está dispuesto a pagar una alta cantidad de dinero por una comida que simplemente no les va a gustar.
«Uno con esto ya debe saber donde comer bien. Todos los puestos no tienen la misma calidad, por ejemplo yo pese a los precios, el lugar para comer y donde tienen combos que acarician mi bolsillo. Todo es cuestión de conocer para garantizar una buena inversión del sacrificio», aseveró el comprador mientras reía.

Ante este hecho, los ciudadanos se mantienen en una disyuntiva entre la comida casera y esta delicia callejera, la misma que en ocasiones los hace flaquear y dirigirse a estos puestos a deleitarse.

DANIEL MELLADO | elsiglo