El total de víctimas del último ataque perpetrado por presuntos miembros del grupo de rebeldes ugandés Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) subió a 32 después del reciente hallazgo de otros 18 cadáveres, informaron hoy a Efe fuentes de la sociedad civil.
La incursión insurgente había tenido lugar el viernes en las vecinas localidades de Kisunga et Kamwanga, en la provincia congoleña de Kivu del Norte, pero inicialmente solo se confirmaron 14 muertos y una treintena de desaparecidos, así como la quema de un centro de salud.
“Era previsible que encontráramos otros cuerpos de habitantes que habían sido capturados”, apuntó este domingo a Efe el activista local Kizito Bin Hango, tras confirmar que este sábado se habían hallado otros 18 cadáveres en los alrededores del ataque.
La autoría del asalto se atribuye a miembros de la milicia Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), que en esta zona operan en cooperación con los rebeldes Mai Mai.
Fuerzas del Ejército congoleño se desplegó en el área para tratar de rescatar a los desaparecidos y encontrar a los culpables.
Rebeldes y ataques de soldados
El noreste de la RDC lleva más de dos décadas sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y por los ataques de soldados del Ejército congoleño; pese a la presencia de la misión de paz de la ONU (MONUSCO), que tiene desplegados a más de 14.000 efectivos.
Las ADF son un grupo rebelde de origen ugandés, pero actualmente opera en el noreste de la vecina RDC.
Según los últimos datos publicados por la herramienta de seguimiento de seguridad Kivu Security Tracker; las ADF han causado desde 2017 más de 1.940 víctimas por “muerte violenta” en más de 350 ataques; pero otras organizaciones les atribuyen miles de muertos.
Los objetivos de las ADF son difusos más allá de una posible conexión con la organización terrorista Estado Islámico (EI), que en ocasiones se responsabiliza de sus ataques.
Sin embargo, en junio pasado; el Grupo de Expertos en RDC de las Naciones Unidas afirmó que todavía no había encontrado pruebas de un apoyo directo a las ADF por parte del grupo yihadista.
