Se descubre cómo ralentizar o acelerar la maduración del tomate

Ralentizar o acelerar la maduración del tomate ahora es posible gracias a la manipulación o modificación genética de unos orgánulos denominados plástidos. Los expertos muestran en su estudio las posibilidades que brinda la modificación o manipulación de la maduración para la mejora de los cultivos, la reducción del desperdicio alimentario y garantizar la seguridad alimentaria.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) ha logrado descubrir cómo ralentizar o acelerar la maduración del tomate mediante la manipulación de la proteína SP1 responsable de controlar la vía bioquímica bautizada como CHLORAD. Esta proteína se localiza en los plástidos, orgánulos cuyas funciones son la producción y almacenamiento de compuestos químicos que utilizan las células vegetales y que son importantes para llevar a cabo procesos como la fotosíntesis, la síntesis de lípidos, etc., determinando el color de flores y frutas entre otras cuestiones.

Los expertos han descubierto que esta vía bioquímica tiene un papel regulador de los plástidos durante el proceso de maduración de la fruta. Los resultados proporcionan una base teórica para modificar o manipular los frutos, de modo que se abre otra oportunidad de conservar y mejorar los cultivos de tomate, siendo otra vía de trabajo para reducir el desperdicio alimentario y garantizar la seguridad alimentaria. Producir frutos es vital para las plantas, ya que permite garantizar la reproducción, de ahí la estrategia que se basa en hacer que los frutos tengan una apariencia atractiva, con ello se logra que los animales los consuman y se dispersen las semillas.

Hay que decir que la ruta bioquímica CHLORAD fue descubierta en el año 2019 y entonces se determinó que su modificación y manipulación, podía mejorar la respuesta de las plantas ante el entorno en el que se encontrasen, un ejemplo es la resistencia a los suelos con un alto índice de salinidad. Pero como ahora se puede observar, esto es sólo la punta del iceberg, ya que se pueden regular diferentes funciones de las plantas haciendo, por ejemplo, que los cultivos sean más productivos o resistentes a plagas y enfermedades.

Los expertos comentan que las propiedades reguladoras de SP1 muestran que tienen un gran potencial real para la mejora de cultivos, fascinándose de que una sola proteína pueda tener un papel tan significativo e importante en la maduración de los tomates. El estudio se basa en la modificación de la expresión del gen SP1 del tomate, así como en el del gen SPL2 de las plantas transgénica de tomate, los investigadores han utilizado plantas transgénicas con niveles reducidos o elevados de expresión de SP1, ytécnicas como el análisis de expresión génica y metabolómica, el fonotipado (evaluación de las propiedades y características fenotípicas de las plantas), la microscopía electrónica, etc.

El vídeo que podéis ver a continuación nos ayuda a tener una mejor idea de lo que son los cloroplastos (plástidos), las diferentes funciones que realizan y cómo pueden responder a factores ambientales mediante la importación de distintas proteínas presentes en otras partes de las células vegetales.

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