Vecinos del barrio Libertad desesperados por el colapso de aguas residuales

Los vecinos del Segundo Callejón del barrio Libertad del municipio Girardot se encuentran desesperados, ya que desde hace aproximadamente siete años tienen las aguas residuales colapsadas dentro de sus viviendas y hasta la fecha nadie ha hecho nada al respecto.

Desde las casas hicieron drenaje de las aguas residuales

Los residentes señalaron que aunque han hecho miles de llamadas a las autoridades competentes se sienten abandonados al no sentir que alguien los escuche y los ayude a solucionar sus problemas, al contrario ellos mismos han tenido que tratar de solventar para poder vivir tranquilos.

En este sentido, Anabella Martis mencionó que lleva cuatro años viviendo en la zona y nadie les ha ido a solucionar el problema, “nos dijeron que no tenían los implementos para arreglarlos, que la tubería de aguas negras estaba partida en tres pedazos y se debía hacer un trabajo, pero más nunca volvieron”.

Destacó que en su vivienda tuvieron que hacer un trabajo ellos mismos para eliminar el agua de los patios, “hicimos un drenaje para las aguas residuales, pero este problema lo padecen casi todos los vecinos del barrio Libertad”.

Martis indicó que aparte del mal olor también deben convivir con los zancudos y enfermedades, “es un peligro para los niños, la gran mayoría de las viviendas tienen las aguas negras dentro de sus casas, así que imagínese las enfermedades que esto puede generar”.

Por su parte, José Molina informó que los mismos vecinos hicieron un trabajo en las tuberías y esto les permitió drenar un poco el agua, “no somos expertos pero tratamos de solventar nuestros problemas, ya que más nadie lo hace, tenemos años en esto y nadie nos soluciona nada”.

Por último, informaron que además del problema del colapso de las aguas residuales, también presentan fallas con el alumbrado público y la distribución de alimentos en la zona también es deficiente, por lo que solicitaron a las autoridades competentes realizar una visita al sector y conocer todas las necesidades de los mismos.

MÓNICA GOITIA | elsiglo