Se podría decir que se trató de uno de los finales más cerrados y raros en la historia del Clásico de Otoño, que dejó a los Rays como los ganadores y con la oportunidad aprovechada de empatar (2-2) la serie que disputan el mejor de siete.
El escenario de nuevo fue la sede burbuja del Globe Life Field, de Arlington (Texas), donde la organización sigue siendo perfecta y la asistencia de espectadores, aunque limitada al 25 por ciento del aforo, todo un éxito para las Grandes Ligas y la lucha contra la pandemia del coronavirus.
El juego tuvo una duración de 4:10 horas, presentó los primeros cambios de liderazgo de la serie y cautivó a la multitud de 11.441 asistentes que se dieron cita en las gradas del estrenado esta temporada «Globe Life Field», que volvió a lucir con el techo retractable cerrado.
Con dos outs y dos strikes en la novena entrada, el guardabosques Brett Phillips conectó sencillo al central castigando al cerrador Kenley Jansen, lo que trajo la carrera que empató el juego.
Después, el jardinero central Chris Taylor lanzó la pelota y el guardabosques cubano de los Rays, Randy Arozarena, quien estaba en primera, se mantuvo corriendo.
Taylor le lanzó la pelota al primera base Max Muncy, quien se la pasó al receptor Will Smith.
Arozarena había tropezado alrededor de la tercera e iba a quedar fuera por 30 pies, hasta que Smith dejó caer la bola y el rebote permitió que Arozarena llegara a la timbradora con la carrera de la victoria.
El Quinto Partido de la serie se llevará a cabo este domingo cuando los Rays manden al montículo a su abridor el derecho Tyler Glasnow, y los Dodgers suban al montículo al zurdo estelar Clayton Kershaw.