¿Sabías que en Japón las personas son contratadas para empujar a los pasajeros del metro?

La red ferroviaria japonesa es conocida en todo el mundo por su superioridad y puntualidad. En la capital, Tokio, cerca de 40 millones de pasajeros viajan en el ferrocarril todos los días, prevaleciendo sobre otros medios de transporte como autobuses y vehículos particulares. De estos, el 22%, o 8,7 millones de personas, utilizan el metro.

 

La red de metro de Tokio es una maravilla de transporte. En la mayoría de las líneas, los trenes pasan cada 5 minutos en promedio, y en las horas puntas, tienden a pasar cada 2-3 minutos. Alrededor de 24 trenes pasan cada hora por una estación en una misma dirección. A pesar de tantos trenes, el metro está extremadamente abarrotado, especialmente durante las primeras horas de la mañana. Como se puede ver en las imágenes de esta entrada, los vagones se llenan hasta los topes, funcionando a un 200% más de la capacidad normal.

Los Oshiya, o empujadores, de la estación de Shinjuku de Tokio tratan de meter tantos pasajeros como sea posible en los vagones durante una hora punta en 1.967.

Con el fin de adaptarse a dos veces el número de pasajeros en un vagón del metro, las estaciones emplean personal uniformado conocidos como oshiya o empujadores, cuyo objetivo es meter a tanta gente como sea posible en los vagones. Este personal empuja a la gente al tren hasta que las puertas se puedan cerrar.

Aunque ahora es un fenómeno japonés, los empujadores de metro fueron una invención americana que se originó en la ciudad de Nueva York, hace casi un siglo. En aquel entonces no eran muy queridos, ya que empujaban con demasiada hostilidad a los pasajeros. El vigor con que los guardias hacían su trabajo a menudo les valió ganarse la reputación de empacadores de sardina. Su brutalidad a veces fue noticia nacional.