Las historias de los venezolanos en las colas para gastar medio petro

La pensionada Antonieta Adames aguardó en una larga fila a las puertas de un supermercado del acomodado barrio caraqueño de Chacao, donde esperó usar el “medio petro” que el gobernante, Nicolás Maduro, otorgó a millones de jubilados y trabajadores públicos como aguinaldo.

“Voy a comprar lo que pueda”, dijo la mujer a Efe. “Pollo, alimentos. Si estuviera en otro sitio compraría otras cosas”, añadió la exdocente y seguidora de Maduro.

Cerca de ella Carolina Pacheco se quejaba de la larga fila y su mala organización, del inusual calor que sufre Caracas este fin de año, de los altos precios de los alimentos, de dolores en el cuerpo.

“No es justo que tengamos este desgaste físico”, dijo a Efe esta trabajadora de 50 años, que recorrió más de 30 kilómetros desde la ciudad satélite de Guarenas, donde menos de una docena de comercios aceptan el petro, para llegar a Chacao.

“El presidente lo hizo bien por un lado, pero mal por el otro”, agregó al señalar que el petro no puede canjearse por otras monedas, aunque sí ahorrarse y esperar a que su valor aumente en los locales bolívares pero se mantenga en torno a los 60 dólares, como ha venido ocurriendo desde que fue lanzado.

Ellas son dos de las miles de personas que forman largas filas desde hace días para usar el petro en algunos comercios del país, que atraviesa la mayor crisis de su historia moderna.

El sábado, Adames tenía más de cinco horas en fila sin poder comprar. El viernes también hizo fila por horas en el centro de Caracas sin poder usar el petro.

“No pude porque no había el captahuellas”, dijo decepcionada.

El petro fue lanzado hace casi 3 años por Maduro en medio de su tentativa por escapar a las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea contra algunos funcionarios y empresas estatales.

Pero a solo días de haberse lanzado, Estados Unidos prohibió su uso.