Reloj una gran pieza histórica

Hoy en día es algo normal mirar cada cierto tiempo la hora y ver cómo pasa el tiempo, tanto en el móvil cómo en las mil y una forma de relojes que tenemos para escoger.

 

Es importante saber más sobre la historia de este accesorio tan necesario, como bonito para valorarlo aún más.

La medición del tiempo existe desde que el hombre diferenció el día y la noche. Por lo que, durante mucho tiempo, el cielo fue lo más parecido a un reloj que existía.

El primer reloj que existió fue creado por los egipcios, quienes inventaron el reloj de sol y la Clepsidra o reloj de agua.

El primer modelo medía el tiempo a través de las sombras de una aguja, pero cuando caía el sol era la Clepsidra quien medía el tiempo durante la noche al vaciarse el agua que caía.

El reloj más antiguo que se conoce se encontró hace 356 años.

El siguiente reloj que se conoce fue el reloj de arena. Funcionaba de forma similar al reloj de agua, pero con la ventaja de que no se veía afectado por el frío.

Estos relojes estaban conectados a una campana grande para que les indicase con sonido cada cuarto de hora y  así no tener que asomarse.

En la mayoría de las ciudades se siguen conservando y tanto en Londres, como en Madrid, se han convertido en una pieza histórica.

Los relojes de pulsera iniciales solamente los llevaban las mujeres, hasta la 1ª Guerra Mundial.

El primer reloj de pulsera fue creado por petición de la Reina de Nápoles, Maria Carolina de Austria en 1812.

Este diseño estaba montado sobre un brazalete de oro y piedras preciosas.

 

 

Reloj Primer Siglo

 

Con la llegada de la 1º Guerra Mundial  los oficiales, soldados y pilotos del ejército tenían que utilizarlo.

En el siglo XIII apreció el primer reloj considerado como una maquina industrial.

Estaban hechos de acero, y su hora era inexacta en un rango de 30 minutos al día, por lo que  tenían que ajustarla.

Fue en 1957 cuando apareció el primer reloj de pulsera eléctrico.

El reloj más caro del mundo fue creado por el relojero suizo Patek Philippe para celebrar el sesquicentenario de su fundación.

Le llevó 9 años construirlo y con 33 funciones diferentes, su precio está valorado en diez millones de euros.