El papa Francisco viaja a los Emiratos Árabes para reunirse con los musulmanes

El papa Francisco inicia el domingo una visita de tres días a los Emiratos Árabes convirtiéndose en el primer pontífice que visita la Península Arábiga, con lo que desea enviar un mensaje de acercamiento al islam y a favor del diálogo interreligioso.

En el curso de la complicada historia entre los líderes de la iglesia católica y el mundo musulmán, el pontífice argentino se distingue por su lenguaje fraternal y atento, ingredientes de la «cultura del encuentro» que él defiende.

«El papa Francisco es diferente a su predecesor Benedicto XVI porque favorece el encuentro interpersonal más que las sutilezas teológicas, pese que son muy importantes de por sí», explicó el sacerdote Valentino Cottini, que enseña relaciones cristiano-musulmanas en el Instituto Pontificio de Estudios Árabes e Islamología de Roma.

El papa emérito Benedicto XVI, un brillante teólogo, ha sido el pontífice que más ha hablado del Islam a través de un total de 188 intervenciones en 8 años de pontificado.

Su deseo de «dialogar en la verdad», sin embargo, desembocó en una década de frías relaciones entre musulmanes y católicos, después de que pronunciara en el 2006 un célebre discurso en la universidad alemana de Ratisbona en el que vinculaba islam con violencia tras citar una frase de un emperador bizantino del siglo XIV.

En su controvertido discurso condenaba entre líneas la guerra santa, pero también hacía una distinción entre el cristianismo y el islam y su relación entre la razón y la fe.

– «Diálogo o guerra» –

El papa Francisco por su parte ha optado por evitar los análisis teológicos relacionados con el Corán, mientras sus incesantes pedidos a favor de los refugiados, muchos de ellos musulmanes, han sido apreciados por la comunidad musulmana, al igual que el gesto de trasladar en el avión papal a tres familias de esa religión que se habían refugiado en la isla griega de Lesbos.

La visita en el 2017 del líder espiritual de los 1.300 millones de católicos a Egipto fortaleció también las relaciones con el gran imán sunita de Al-Azhar, el jeque Ahmed al-Tayeb, un profesor de filosofía islámica que critica a los yihadistas que se inspiran en el salafismo riguroso.

Los dos líderes se encontrarán el lunes en los Emiratos Árabes Unidos en el marco de una reunión internacional interreligiosa.

«O diálogo o guerra. Estamos condenados al diálogo», solía repetir al cardenal francés Jean-Louis Tauran, quien presidió hasta su muerte en julio pasado el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.

Después de décadas de esfuerzos, ese brillante diplomático sentía que sentarse a hablar era un gran logro de por sí, aunque temía que ese diálogo se limitara a «pequeños pasos a nivel de la jerarquía» sin transformarse en leyes ni involucrar a la gente común.

En conversaciones con el sociólogo francés Dominique Wolton, el papa Francisco aseguró que «el diálogo va bien», aunque le gustaría que los musulmanes progresaran en la interpretación del Corán.

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«Creo que sería bueno para ellos hacer un estudio crítico del Corán, como hicimos nosotros con nuestras Escrituras. Ese método los hará evolucionar», dijo.

Si bien los estudiosos intentan enmarcar los textos del Corán en su contexto histórico, ese enfoque resulta por ahora prematuro.

«Nosotros tenemos más libertad de interpretación de los textos de los fundadores del cristianismo, porque la palabra de Dios en la Biblia no tiene el mismo peso que en el libro sagrado de los musulmanes, ya que el Corán la considera como la palabra ‘directa’ de Dios», explicó padre Cottini.