En horas de la tarde del domingo 22 de enero, un productor agropecuario, de 68 años de edad, identificado como Wilfredo Emilio Pizado fue asesinado de múltiples tiros a manos de una peligrosa banda criminal que opera en el estado Yaracuy.
Los hombres armados “hasta los dientes” se acercaron a la propiedad de su víctima e inmediatamente abrieron fuego. Al parecer, el agropecuario no quiso pagar la vacuna que solicitaban los homicidas.
El repudiado homicidio ocurrió dentro de una finca ubicada en el sector La Llanada, donde miembros de la banda AK-47, según fuentes extraoficiales, acudieron para quitarle la vida.
Al parecer, los malhechores habían amenazado a Pizado anteriormente para que pagara una vacuna mensual a la organización criminal, pero el productor decidió no acceder a las peticiones de los antisociales y éstos decidieron asesinarlo.
Los sujetos llegaron a la finca de la víctima y le dispararon en varias oportunidades. El anciano murió en el acto.
Las investigaciones del hecho quedaron en manos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas.
PRODUCTOR AGROPECUARIO
Se pudo conocer que la policía científica maneja la hipótesis de que la muerte de Pizado fue un mensaje para otros productores agrícolas de la zona.
Sin embargo, se supo que el organismo de seguridad, en conjunto con otros entes de la zona, desplegaron operativos especiales para tratar de controlar a los miembros de la banda AK-47.
Este grupo hamponil se dedica a la extorsión y secuestro en la zona rural de Yaracuy. Ya tendría en su haber varios homicidios por encargo, así como secuestros y extorsiones.
Asimismo, se tuvo información que los trabajadores del campo del estado Yaracuy están cansados del pago de la vacuna y no saben a qué institución dirigirse. El Cicpc, la GNB y la Policía de esa entidad tienen conocimiento del asunto, pero no actúan. Hacen un llamado al comisario general Douglas Rico, director nacional del Cicpc.
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Amenazaron que de no tener una respuesta, los productores del campo paralizarían sus actividades laborales. No están dispuestos a trabajar la tierra para mantener a una banda de pandilleros.
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