“Seré el último habitante de este sueño profundo contemplado en el umbral del silencio”

“La pintura de Roberto Notarfrancesco se ha fraguado a un lento proceso de reflexión en el taller, se caracteriza por mantener decididos vínculos con el dibujo, que se patentizan en la constante aparición de trazos lineales de gran fuerza gestual; su pincelada violenta y segura, está cargada de expresividad. Su obra experimenta el análisis de algunos cuerpos humanos en primer plano, así como otras figuras de animales, que siempre parecen activarse directamente con la pasión que el artista les imprime”.

Roberto Notarfrancesco creció entre pinceles, pigmentos y lienzos, por lo que muy pronto despertó su sentir creativo. Estudió en la Escuela de Artes de Visuales Rafael Monasterios de Maracay, con una amplia producción plástica a sus espaldas, reivindica su carácter y su alma de artista por encima de todo; “el encuentro con el arte fue un evento causal de profunda conexión y empatía. Así junto a la profunda expansión de extensas noches robadas a la vigilia comencé a dibujar y a pintar desde un inconsciente automatismo las revelaciones que incluso hoy siguen siendo fuente de inspiración en mi obra”.

La obra de este creador lo inscribe en uno de los artistas más destacados en el arte venezolano, en el plano de la pintura, es un artista de paleta, pintura y pinceles, sus manos mantienen ese contacto vivo con la obra, su propuesta neofigurativa abordan las formas de los personajes provocando una estética muy particular, la realidad es deformada a través de su imaginación; amable alguna veces, mordaz y violenta otras.

Este artista asume la pintura como si acabara de empezar, con una emoción y nuevos bríos. Se trata de un pintor contemporáneo que desarrolla su obra mezclando los elementos de su fantasía, el acto de pintar se convierte para él en el acto de un rito, en el que él mismo se halla inmerso y al que se entrega por completo y hasta quizá podamos apreciar en algunas de sus cuadros algo íntimo del propio artista, reflejado en esas figuras musculosas en el espacio simultáneo de las telas.

Cada pieza se traduce en formas, trazos, colores, materia y gestos. Lo que éstas representan es la pintura y nada más que la pintura: La vigencia de la pintura, una pintura que muchos han pronosticado su muerte. La obra de Notarfrancesco crece sin saltos al vacío ni contradicciones, cada momento que plasma lo vive con referencias en etapas anteriores, él no tiene límites con el uso del espacio en su trabajo, grandes formatos los invade con la materia y el tiempo. Quebranta la imagen de la realidad para mostrarnos unos seres que para él representan el bien y en algunos casos el mal. Es una obra integradora de las muchas indagaciones ya transitadas por este creador que las une, que las mezcla y las disocia para abrirse al camino de lo inimaginable.

La pintura de Roberto Notarfrancesco se ha fraguado a un lento proceso de reflexión en el taller, un taller que no tiene cabida para perder el tiempo, sino sólo para su creación y recorrer su mirada en esos amplios espacios con incontables obras a su alrededor, se caracteriza por mantener decididos vínculos con el dibujo, que se patentizan en la constante aparición de trazos lineales de gran fuerza gestual; su pincelada violenta y segura, está cargada de expresividad. Su obra experimenta el análisis de algunos cuerpos humanos en primer plano, así como otras figuras de animales, que siempre parecen activarse directamente con el lenguaje que el artista provoca en cada uno de ellas.

La violencia de sus imágenes y materia, le dan rienda suelta a sus planteamientos en torno a la materialidad, el dibujo, el enfoque múltiple, la libertad artística y la preocupación contemporánea del creador, en el lenguaje y el rigor de su pintura, hay insistencia reiterativa entre la tradición y contemporaneidad, belleza y angustia de trazos expansivos.

Esa actitud inquieta respecto a la vida y el arte, le ha llevado a crear hibridaciones complejas que construyen un imaginario propio gestado y madurado en su amplia trayectoria e investigación visual.

ENTREVISTA:

Ydelisa Rincón: Para conocerte mejor hay que comenzar por el principio, ¿De dónde eres tú, cuáles son tus orígenes?

RN: Nací en Chacao, estado Miranda el 6 de junio de 1969, pero mi formación en las artes y toda mi vida ha transcurrido en estos valles aragüeños, lógicamente varios viajes a Europa, precisamente Francia e Italia, han enriquecido este proceso magnánimo ligado al mundo de la creación y al artista.

YR: ¿En qué momento empiezas a interesarte por la pintura?

RN: EL arte influenció en mí con todo el poder a muy temprana edad, quizás desde los 7 o 9 años, ya que afortunadamente me encontraba en Italia (Florencia, Roma y Venecia), en ese entonces y el encuentro con el arte fue un evento causal de profunda conexión y empatía. Así junto a la profunda expansión de extensas noches robadas a la vigilia comencé a dibujar y a pintar desde un inconsciente automatismo las revelaciones que incluso hoy siguen siendo fuente de inspiración en mi obra.

YR: ¿Cómo llegas al lenguaje de la figuración?

RN: En el descubrirme andando por los caminos áridos, hermosos y profundos de las experiencias extrasensoriales, visiones e interpretaciones de la vida misma, a través de los sentidos, atrapados en la esencia de las proporciones y la memoria o registro espiritual de manera figurada. La anulación de los Demonios Rahu y Ketu (El yo y el tú, llamado en sí el EGO ), existencias permanentes en el hombre, desde lo perceptible a lo imperceptible, descubriendo el sentido y la proporción de los elementos y códigos encriptados, flotando en la sublime belleza de la comprensión y la verdad, el vuelo te lleva donde reinicias todo, como en cada amanecer; si no te reinventas lo hace el paisaje que vive detrás, al lado y dentro de forma primogénita humana, ya que aquello que juega de fondo poco a poco se apodera del tiempo y del espacio, como siempre sucederá, el hombre es la extensión del paisaje y el paisaje es el suspiro infinito del hombre.

YR: En tu propuesta la figura está en primer plano, obras al desnudo como se acostumbraba en el renacimiento, ¿Qué rescatas de esa escuela?

RN: El flamante sol resplandeciente, quien en grito y canto vio la inmensurable importancia de la presencia humana como el alba mística del ardiente delirio y el destello embriagante de la imaginación de DIOS.

Precisamente, es el momento histórico y glorioso que representa el protagonismo y la belleza humana extasiada en su enigmática simetría donde revelaba la importancia circundante y mística de la espiritualidad, amplificada por un virtuosismo irrepetible y reflejada en su inmensidad en las majestuosas obras y realizaciones humanas de esa época, y otras épocas incluso, posteriores como el Barroco italiano y el Romanticismo europeo. En el campo de las artes la presencia divina está siempre presente y ese límite vertical, espiritual y humano alcanzaron al hombre en su representación majestuosa en el renacimiento italiano.

YR: Tú tiendes a darle forma humana y animal a las figuras que representas, ¿Es acaso una manera de acercar al hombre a todas las energías cósmicas?

RN: En el roce magnético de la penumbra y los brotes del bosque danzante de la existencia, las formas metamórfica del maravilloso trabajo del cosmos revelan cómo en un sueño vislumbrante y danzante el fruto desafiante de esta realidad que se oculta del hombre básico, elemental y busca revelarse hostil e irascible si son presencia malignas al hombre; más en las expectaciones gloriosas y positivas, la gloria de los ángeles desvelan su poder regalando su existencia en infinita belleza y estremecedora grandeza.
Es la manera más directa de recordar al ser humano que ante todo somos “un elemento de proporciones bases mutantes, principios divinos de la creación”, y que todo lo que gira a nuestro alrededor y distante, no es tan diferente a nosotros.

YR: En tu investigación visual pareciera hay una misión, qué es como el combate entre el bien y el mal, es como la posición del guerrero en los diversos pasajes del hombre en el devenir de la historia, ¿Cómo es ese proceso?

RN: En apariencia, nuestro existir y nuestra misión en esta vida parecieran ser muy simples e insignificantes; más todos tenemos diferentes niveles de conciencia y maneras de cumplir determinadas misiones, hay quienes al despertar y descubrirse, se colocan ante verdaderas labores espirituales mucho más elevadas e importante con finalidades que van más allá del simple hecho del quehacer humano, ese es el caudal de mi eternidad, alma inmortal del abandono al arte y un flamante corazón..

YR: ¿Alertas al hombre de las carencias y sus peligros?

RN: Si, lógicamente, esa es parte de mi gran labor, como el rescatar la belleza y la verdad, ya que incluso el brillo permanente de la humanidad ha perdido sus matices más hermosos. La mirada inquietante de un alma despierta como si de un ángel se tratase, lógico, es una parábola o una metáfora inherente de todo ser en su éter primogénito, desperdiciado y depredado en el transcurso del tiempo y en el desafío de la existencia.

YR: Eres recurrente con tu propuesta, lo cual denuncia lo oculto que no ha sido develado y es cómo para controlar a la especie humana, ¿Qué me puedes decir al respecto?

RN: Hemos llegado a los umbrales de nuevos siglos o nuevas eras, el hombre históricamente ha sido siempre controlado por fuerzas mayores y realidades desvirtuadas, la inercia inocua de la penumbra se apoderó de las masas y los pueblos llevándolos a una especie de condición “Esclava y Nauseabunda”, siempre con propósitos egoístas y contraproducentes para la especie, conllevaron al ser humano al estancamiento o perdición colectiva en su proyección y en ese proceso de arduo despertar, es el brillo de las nuevas revelaciones y de las verdades ocultas que nos ofrecen un camino más directo hacia la salvación y el despertar, un camino blindado de soles y amaneceres suspirantes de amarillos y cadmios fulgurantes que desvelan el heroico salto cuántico del Alma Humana.

YR: Conversando me dices que lo bonito es algo visual, y que la belleza pertenece a algo superior, ¿son sensaciones entre el bien y el mal?

RN: En sí, lo bonito tiene que ver con la superficialidad de las cosas con respecto a nuestro sentido más externo y gustos individuales, lo bello posee una relación directa con el alma, con la verdad y con nosotros mismos en relación con el universo, no existe relación alguna entre lo bonito y lo bello, lo bonito son aspectos individuales de un todo, lo bello es el todo en si por excelencia, está plasmado en el aspecto total de las cosas, y si, son sensaciones entre el bien y el mal, podría decir solamente que no son dos campos del accionar muy distintos, prueba de ello es el arte; este campo fluye en la transmigración del espíritu y la conciencia, en sus puntos más altos, el arte y sus representantes más excelsos son un ejército de luz impregnados de magnetismo que cruzan el horizonte del universo inimaginado.

YR: ¿Por qué pintas espejos del alma?

RN: El espejo nos detiene, nos observa y nos recuerda quiénes somos, de dónde venimos y cuál es nuestro camino.

YR: Las manchas en tu obra son transmutación, ¿cómo puede ser visto ese proceso, en positivo o negativo?

RN: Simplemente en positivo, ya que en si representa o encierra la verdad cósmica que fusionamos bajo un proceso de renovación constante en espiral, decidimos lo ascendente o lo descendente.

YR: ¿Qué significa cuándo representas a Cristo en tus piezas, cuál es el mensaje a la humanidad?

RN: Un mensaje de amor y liberación permanente. La Alquimia o mutación constante del mal hacia el bien, de la oscuridad a la luz, el desprendimiento de lo mate-rico, y de todo aquello que nos ata a lo superficial y nos encierra en prisiones herméticas, donde desaparece tanto la posibilidad o libertad del alma, de los pueblos, del hombre y del devenir, que nos imposibilita como especie, en fin, una ventana a nuestra experiencia, que nos revela la eternidad y la posibilidad; la metamorfosis.

YR: ¿Por qué hoy día hay más color en tus trabajos, más brillo, más sabor y recurres a elementos simbólicos y místicos guardados en el tiempo del hombre?

RN: Recurro a lo imperceptible, esencial de lo ya extinto, es una manera de recordar al hombre, su eficacia como destructor-depredador, y es atravesando la experiencia del color con la simbiosis de la experiencia mística y reveladora, más la naturaleza adyacente que nos rodea. La presencia del oxígeno, el agua, la tierra, el fuego, la madera y todo lo demás perceptible e imperceptible, son colocados esencialmente como nuestros sublimes protectores de la existencia.

YR: ¿Cómo manejas el trazo y la materia?

RN: Con mucha seguridad y libertad, es un trabajo que emerge con fuerza desde dentro hacia fuera, casi como si danzara agradeciendo a los Dioses con gestos libres, articuladamente hermosos y poderosos bajo un ritmo que nace al escuchar la sinfonía más elevada y perfecta del universo.

YR; ¿Por qué quieres golpear, denunciar, gritar. Hay un sonido desgarrador y profundo en ese mensaje pictórico?

RN: El silencio y el ruido pueden ser ambos la misma cosa, lo importante es el fin.

YR: Manifiestas recurrir al dolor de la soledad, porque la tierra se está quemando y la quieres interpretar antes de que ella llegue hacia nosotros. ¿Por qué esa angustia?

RN: Es el riesgo que a veces se toma cuando los niveles de conciencia y la evolución lo ameritan; las circunstancias te colocan por encima de las cosas y las anuncias pragmáticamente. Así visualizas la respuesta certera de los despertares y los acontecimientos que se aproximan, experimentar la aridez antes puede ofrecer una respuesta al momento importante.

YR: En tus telas encontramos a un hombre musculoso, dónde se aprecia el esfuerzo físico, ¿significa eso una representación personal de Roberto Notarfrancesco, ¿cuál es el juego?

RN: La supervivencia, la sensualidad, el guerrero como permanencia física ante el combate y la belleza manifestada del haber sido creado, es un juego de sinfonía y melodías donde el afuera puede ser lo de adentro y lo de adentro manifestarse afuera.

YR: Finalmente Roberto, dime por qué dices que el arte es el último refugio de la esperanza, de la belleza y de la verdad. ¿En sí, qué significa para ti el arte?

RN: La historia del hombre lo ha demostrado, es el embrión de DIOS, el ombligo de la creación y por lo tanto, el último refugio porque representa en su antonomasia el inicio y el final de las cosas y por ende lo más elevado y distante, pero también lo más permanente, inalterable y cercano a nosotros.

Vi la luz cuando nací en este mundo, no se apagará cuando me retire, seré el último habitante de este sueño profundo contemplado en el umbral del silencio.

YR: Roberto, gracias por haberme concedido esta entrevista, fue un gusto platicar contigo, ¿quieres agregar algo más?

RN: Particularmente agradezco al diario elsiglo por mantener este importante espacio como una voz enorme y oportuna que teje los hilos invisibles del arte, y así los artistas poder expresarse, y a ti Ydelisa, por ser una amiga fascinante, fiel en el tiempo y en el espacio de nuestra historia aragüeña y a nivel nacional.

Lcda.
Ydelisa Rincón González
elsiglo