La solidaridad se impone en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús

Desde el primer día del deslave ocasionado por el desbordamiento de la quebrada de Palmarito, la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, ubicada en la urbanización El Castaño, ha funcionado como centro de acopio para los afectados de este desastre natural ocurrido en horas de la tarde del pasado 17 de octubre.

Y es que en esta Casa de Dios se organizó un grupo multidisciplinario, proveniente de toda la región, quienes atendieron con mucha voluntad y solidaridad a los habitantes de este sector maracayero, quienes atraviesan por primera vez en su historia una catástrofe natural.

El padre Noel Galindo Castro, párroco de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús en El Castaño, informó que en este templo de oración se están recibiendo cualquier tipo de donativos, e incluso, se aprovecha la oportunidad para realizar consultas médicas.

“Aquí en la sede parroquial es un centro de acopio y distribución de toda la bondad que ustedes nos hacen llegar en este momento. La situación es bien difícil, es exigente, todos necesitamos”, comentó.

Centro de referencia

El presbítero dijo que con estas jornadas están contribuyendo habitantes del urbanismo que se vio afectado por la tragedia, e incluso, se ha convertido en punto de referencia de la distribución de alimentos.

“La urbanización, Palmarito y Canta Gallo, son las tres realidades que estamos atendiendo en este momento”, destacó el cura, quien considera necesario que llegue a esta zona esa mano generosa de la población en general. “Aquí hacemos llegar los insumos a los vecinos que están realmente afectados”, recalcó.

En este contexto, el padre Galindo Castro manifestó que entre los donativos que están solicitando destaca el agua potable y las velas, ya que no cuentan con energía eléctrica en la urbanización.

“No tenemos cocinas eléctricas. Ayer tuvimos un operativo de gas por lo que bueno, algunos pueden recibir un poco de proteínas”, aclaró.
Hizo un llamado a todos sus parroquianos y a los maracayeros en general, para que tengan presente que Dios en cualquier momento nos hace voltear la cabeza hacia él.

“Dicen las sagradas escrituras, que ‘Dios hay que encontrarlo cuando Él se deja encontrar’, y es lo que ahora mismo tenemos que aprovechar siempre y responderle con la mayor generosidad de nuestra vida”, insistió.

organización vecinal

Durante la visita del equipo reporteril de elsiglo a esta parroquia también observamos una gran organización de los vecinos, entregados a la loable tarea de preparar bolsas de alimentos no perecederos, entregando comidas y agua potable a los afectados.

Por su parte, Jesús Mogollón, habitante de la urbanización, comentó que con el avanzar de los días y la organización de la comunidad se han ido sumando más personas, siendo este un punto favorable para la distribución de las ayudas humanitarias.

“Se ha fortalecido muchísimo más, hay mucho más orden, y gracias a Dios hemos recibido muchísimos más donativos y apoyar a las personas que más lo necesitan, sobre todo a las personas de tercera edad que no tienen la capacidad de llegar a la iglesia, y buscamos la forma de ayudarlos”, comentó.

Asegura que han recibido mayormente alimentos no perecederos, agua potable embotellada entre otros artículos. No obstante, reiteró que aún falta mucho para satisfacer a las personas afectadas.

“También necesitamos artículos de higiene personal, medicamentos para las personas hipertensas o que tengan una patología de base”, comentó.

Sentenció su intervención haciendo énfasis que la parroquia está unida con la comunidad de El Castaño y la asociación de vecinos, en la cual ha sido clave para ayudar a los afectados.

MOTEROS CARAQUEÑOS DIERON SU GRANITO

Para finalizar, también se pudo conversar con un grupo de moteros que provienen de la ciudad de Caracas, quienes tras superar algunos obstáculos para llegar a la parroquia, manifiestan que esto es una labor importante para ellos en ayudar a los maracayeros de El Castaño.

En este sentido, Alexis Carrizález afirmó que para llegar a la parroquia “casi cinco horas” para subir, ante la existencia de algunas trabas de los organismos de seguridad. “No dan el acceso y pudimos pasar gracias al hijo de una amiga”, acotó.
Consideró entendible las restricciones ya que “todavía están limpiando las vías, y los vehículos, en vez de colaborar, trancan el trabajo de las personas”.

Por su parte, Carlos Folache relató que fueron entregados alimentos no perecederos, medicamentos y muchas cobijas para los afectados. “Sabanas, tapabocas, insumos médicos, básicamente prevenientes de gente que apoyó en Caracas”, dijo.


“Mucha gente nos colaboró y nos ayudó, y aquí pudimos por 070, para ayudar para poder dar un granito, porque de grano a grano podemos ayudarnos todos”, sentenció Carrizález.

LINO HIDALGO | elsiglo
fotos | JOEL ZAPATA