Homicida de la doctora Mora la golpeó y luego la desmembró

Yonnatan Yoel Figueroa Goitia fue imputado por la Fiscalía 31 del estado Carabobo como el homicida de la médico Nardy Carolina Mora Rumbo, le imputaron femicidio agravado consumado.

Yonnatan Yoel Figueroa Goitia, imputado por femicidio agravado consumado


Mora Rumbo, quien fue reportada como desaparecida el pasado 24 de agosto cuando se dirigía a una jornada en la Unidad Educativa Guerra Méndez, ubicada en Santa Rosa, Valencia estado Carabobo, fue interceptada por Figueroa, quien la obligó, bajo amenaza de muerte de entrar a una habitación; en ese sitio abusó de la profesional de la medicina, la golpeó y la desmembró, para luego arrojar algunos restos a un cochino, y otros los botó y quemó.


Cabe destacar que el hombre, quien era vigilante de la mencionada institución de educación media-diversificada, presenta registros policiales por abuso sexual y robo agravado (2015 y 2017).


Sobre el caso, el director nacional del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, comisario general Douglas Rico, anunció que gracias a las investigaciones, experticias técnico científicas y fílmicas, se logró determinar que Figueroa tenía días acosando a Mora y el día 24, la médico integral se desplazaba como de costumbre por el sector Santa Rosa, donde fue abordada por el hombre.


Indicó que el vigilante se interpuso en el camino de Nardy Carolina, la agarró a la fuerza y se la llevó hasta un cuarto donde la golpeó con una mandarria en la frente, dejándola inconsciente.


«Posteriormente, utilizó un machete y cortó sus extremidades hasta desmembrarla, las cuales algunas partes las lanzó a un animal porcino que se encontraba en el lugar, para que éste se las comiera y arrojó otras partes al río que está por el lugar», destacó.


El comisario expuso que el sujeto se quedó con otros restos de la galena que «incineró dentro de un pipote para no dejar rastros del atroz crimen».


Aseveró el director de la policía científica que durante las pesquisas se colectó como evidencia un teléfono Redmi, perteneciente a la víctima y un teléfono Alcatel, propiedad del victimario; de igual manera «una carretilla, dos mandarrias, un machete y un pipote contentivo de aserrín».

REACCIONES


El fiscal General de la República, Tarek William Saad, al momento de pronunciarse sobre este hecho, catalogó a Figueroa de «aberrado», recalcando que éste poseía antecedentes penales por delitos de violación.

Nardy Carolina Mora Rumbo no le gustaba la forma de ser del vigilante


Calificó de «impropio e inaceptable» que con su prontuario «escorias como estas hayan sido objeto de algún beneficio procesal: por lo tanto no habrá impunidad por este crimen aberrado».


Comentó que el Ministerio Público seguirá adelante en su firme lucha en defensa de la mujer.


Por su parte, Vilma Coromoto Rumbo, madre de la víctima, ha pedido -junto a familiares, amigos y colegas de su hija- justicia ante este atroz hecho. «Mi hija era una mujer ejemplar, intachable, inteligente, trabajadora y estudiosa. Ayudaba al prójimo. Ella no merecía morir así en manos de ese monstruo, quiero que se haga justicia», exigió la progenitora.


En todos los espacios donde ha asistido, la señora en medio de su pesar, detalla el desempeño de su hija; «trabajó como enfermera en el Ipasme durante 20 años. Además prestó sus servicios en el Centro de Diagnóstico Integral El Palotal y fue trasladada al CDI Carmen Norte en Valencia, una vez que se graduó de médico. Luego, la directora de este CDI la refirió al consultorio ubicado dentro del liceo Rafael Guerra Méndez».


«Mi hija le pidió a unas compañeras que no la dejaran sola en ese lugar, porque no le gustaba la forma de ser de ese señor (el hombre que la mató), pero me la dejaron sola. Ese sitio es deprimente. No entiendo por qué la directora me la mandó para allá. Ese consultorio es una pocilga. Detrás queda la cochinera donde la tenían a ella», ha aseverado.


El día que desapareció Nardy Carolina salió de su casa a las 9:00 de la mañana, pero antes de irse intercambió palabras con su progenitora. «Ella me dijo, mamá me voy, regreso al mediodía. Yo le respondí: ‘Vaya con Dios hija’, pero no volvió», ha argumentado Vilma.

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