Madres que se organizan para llenar de amor al mundo

Tal vez el diccionario tiene una definición para que podamos entender lo que significa ser madre, sin embargo, puedo asegurar que este concepto no expresa el verdadero significado o la importancia que tiene para quienes pueden dar vida y llenar con su amor el corazón de la humanidad.

Una mezcla de entrega, dedicación, compromiso, amor y el deseo de dar lo mejor de ellas para ver crecer llenos de éxitos a sus hijos, podría ser una acepción a esta figura, que en muchos hogares cumple hasta con dos roles de vital importancia, madre y padre.

En una sociedad como la venezolana, donde las madres son también las jefas del hogar, esta función viene acompañada de muchos retos, pero es desempeñado con el más noble de los sentimientos, el amor por el hijo, por las hijas e incluso hay tanto amor en estas mujeres que en casos cuidan de sus hijos, de sobrinos, ahijados y hasta de los vecinos. Sin importarle más recompensa que la sonrisa y el afecto de sus descendencias.

En los últimos años, hemos visto una nueva generación de madres, que han evolucionado en mujeres de éxitos, dejando atrás el encierro de la casa y triunfando en profesiones de responsabilidad, mezclando con una sapiencia milenaria que les ha dado la vida, el oficio de ser madre, esposa y profesionales, sin descuidar la crianza de los hijos, pero mejor aún incorporando en estas nuevas generaciones el valor de la superación.

Hoy nuestras madres enfrentan otro reto, la diáspora que se ha llevado a otras tierras a sus hijos y nietos, aunque el afecto se sigue expresando, el contacto personal, esa mano amiga, ese consejo oportuno, ese hombro para desahogarse se ha quedado vacío.

En elsiglo hemos querido brindarle un merecido reconocimiento a estas mujeres, quienes con ese don maravilloso de dar vida y llenar con su amor la existencia de cada ser humano, cumplen múltiples roles en la sociedad, sin dejar a un lado su compromiso con la formación de personas íntegras para este país.

Conoceremos a cuatro profesionales, en diversas áreas, que nos enseñarán como la superación es parte del valor que tiene la mujer, para enseñarle a los niños y niñas la importancia del trabajo, pero sobre todo como las múltiples ocupaciones y compromisos han afianzado el amor, la entrega y dedicación por sus retoños.

CAMINANDO ENTRE TATAMIS

Carolina González, entrenadora de karate en el estado, presidenta de la asociación de esta disciplina, árbitro internacional y madre a tiempo completo.

Los preceptos del karate hacen referencia a la entrega, la fortaleza y el enfoque son primordiales para el lograr el éxito. Siguiendo estas máximas he podido combinar mis funciones de atleta y ahora entrenadora con la maternidad.

«Decir que ha sido maravilloso es lo tradicional, sin embargo, ha sido parte de un aprendizaje, mi hijo fue ese plus que me permitió fortalecerme y desarrollarme en este mundo tan competitivo como es el karate», señaló González.

Carolina González

Recordó la entrenadora, que parte de esa conexión entre ella y su retoño se consolidó en un dojo, ya que desde muy pequeño tuvo que combinar su oficio de entrenadora con su maternidad, llevar al bebé al gimnasio y compartir esta hermosa etapa fue posible, gracias a la mística de este deporte.

«Mi bebé dormía su siesta en el tatami (colchoneta donde se practica karate) ahí dio sus primeros pasos, todo esto lo pude presenciar mientras trabajaba y siento que esta etapa fortaleció nuestro vínculo, madre hijo, hoy en día mi hijo ha hecho carrera en esta disciplina, es entrenador y preparador físico de la selección de karate del estado, además de mi socio y compañero inseparable», expresó la karateca.

Acotó González que toda la experiencia que ha dejado la maternidad le ha servido para entender y atender a los niños que van a su clase de una forma maternal, transmitiéndole este afecto y logrando conseguir la máxima entrega de sus atletas. «Cuando uno tiene un hijo tiene todos los hijos del mundo, por eso a mis atletas los trato como mis hijos, creando ese lazo maternal en mis clases».

Carolina González

TIEMPO DE CALIDAD PARA LOS NIÑOS

Mercedes Castillo, enfermera, dirigente gremial y madre soltera.

Hay profesiones donde la entrega, dedicación y compromiso se asemejan a la maternidad.

Tener esa dedicación, ese cuidado por una persona que no es cercana, requiere una ética y un compromiso, que sólo quienes poseen en sus venas la sangre de la maternidad pueden desempeñarla con éxito.

Conversamos con Mercedes, quien debutó como madre hace 22 años, señaló que los hijos nunca crecen, aun cuando tienen muchos años y se han independizado, las madres los siguen viendo como sus niños.

«La maternidad ha sido una experiencia indescriptible, aun cuando esto no se estudia, esto es un aprendizaje que no se detiene, tanto para una como para el niño, por eso siempre he sido partícipe de brindarle tiempo de calidad a mi hijo, para que juntos valoremos nuestra compañía y las enseñanzas que tengamos en estos momentos».

Mercedes Castillo

Explicó Mercedes que este principio lo instauró debido a que fue madre soltera y debió combinar sus horas de trabajo con su tiempo de maternidad, aunque no se ha perdido ninguno de los eventos especiales de su hijo, el tiempo que le dedicaba trataba de aprovecharlo al máximo.

Este amor y compromiso con la formación de su hijo la ha llevado a otra etapa, «hoy estoy entregada a mi nieto, a compartir mi cariño y ayudar en su formación como lo hice con su padre», recordó Castillo.

AMOR HASTA EL INFINITO Y MÁS ALLÁ

Wanda Carrillo, comunicadora social, coordinadora de redacción en la Dirección de Comunicación de la Gobernación del estado Aragua.

Hace seis años la vida de Wanda cambió, esto sucedió cuando conoció al verdadero amor, así se refiere la joven comunicadora al expresar lo que ha significado esta etapa de su vida.

«Ser madre es lo mejor que me ha pasado, mi bebé ya tiene seis años, y aún siento que es el bebecito que vi nacer, adoro cuando cada mañana me despierta con besos y esa sonrisa que expresa, siento que es la recompensa de mi esfuerzo», destacó.

Wanda Carrillo

Carrillo afirmó que no ha sido fácil combinar el rol de madre con las responsabilidades profesionales, «he tenido que modificar algunas rutinas en mi trabajo, ajustar los horarios y saber que aun cuando llegue cansada a casa tengo que sacar fuerzas para los cuentos de dragones», comentó entre risas.

A juicio de la comunicadora, el éxito de esta relación está en la organización y planificación, el tener que seguir superándose como profesional está ligado a su rol de madre, para cada día seguir brindándole oportunidades y una mejor calidad de vida a su hijo. «Por suerte tengo a mi madre que me ha apoyado en este tiempo y ha sido una ayuda importante», declaró.

«La maternidad me ha enseñado que existe un amor puro que no tiene condiciones, y que estoy segura que me lo demostrará hasta el infinito y más allá», finalizó.

UNA MADRE TODO TERRENO

Bárbara Mendoza, profesora de Música en la Orquesta Juvenil de Aragua, ciclista de ruta, atleta de Crossfit, baila salsa casino, es divertida e intranquila.

Con tan sólo tres décadas de vida, se ha dedicado a la práctica de deportes extremos, al punto que sus tres chamos no han sido impedimento para esto. «Mis chamos me entienden, saben lo que me gusta, pero sobre todo, me inspiran a que siga cumpliendo con mis anhelos, en ningún momento he desatendido mis obligaciones como madre, aunque tengo una agenda muy complicada», exclamó Mendoza.

Bárbara Mendoza

Explicó la profesora que su día es fascinante, «vamos a la par, aprendiendo, conociéndonos y siempre hay chispa, ternura y momentos creativos en nuestras vidas, ellos me han complementado y poco a poco se han ido interesando en mis actividades, les gusta la música, la aventura y eso es parte de mi estilo de vida», afirmó

Mencionó que esta faceta de madre la ha podido compaginar con su trabajo de profesora donde atiende a un grupo de niños, «mi rol de madre me ha permitido entender a los niños, brindarles ternura e inculcarles ese espíritu aventurero que tengo».

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A juicio de Mendoza, la modernidad y dinamismo de la vida nos ha impulsado a hacer tantas cosas a la vez, por eso sólo hay que organizarse, «en mi caso mi día comienza a las 5:00 de la mañana, salgo a hacer deportes, llego y me pongo a hacer las tareas con ellos, porque estudian en la tarde, al mediodía nos vamos a nuestras responsabilidades, ellas a su escuela, yo a mi trabajo y en la noche nos volvemos a encontrar para conversar sobre nuestro día.

Los fines de semana son variados, depende de las responsabilidades que tengamos, tareas, trabajos, entre otros, de lo contrario salimos al parque, al río, hacemos que nuestra vida sea una aventura.

MAURICIO BOLÍVAR | elsiglo