La ONU acuerda reforzar la lucha mundial contra el plástico y la contaminación marina

La Asamblea de Medio Ambiente de la ONU (UNEA-4) aprobó hoy en Nairobi, tras cinco días de ardua negociación, una declaración ministerial final para “aumentar” los esfuerzos mundiales y atajar “desafíos medioambientales comunes” en especial contra el plástico y la contaminación marina.

“Estamos dispuestos a aumentar nuestros esfuerzos de forma ambiciosa para atajar los desafíos medioambientales comunes, incluidos aquellos relacionados con la salud, de una manera equilibrada e integrada”, afirma el documento, consensuado en el último momento, lo que retrasó la ceremonia de clausura.

La aprobación fue anunciada por el presidente de la Asamblea y ministro estonio de Medioambiente, Siim Kiisler, durante el cierre del foro, que se ha celebrado en la capital keniana desde el pasado lunes con más de 5.000 representantes y autoridades de 193 países.

Ese acto estuvo cargado de simbolismo por el homenaje a las víctimas del accidente aéreo de Ethiopian Airlines, en el que murieron 157 personas el pasado domingo (incluidos 22 miembros de la ONU), pues varios delegados encendieron velas en un balcón de la sala, una por cada uno de los muertos en medio de gran silencio.

Kiisler, quien cesó en el cargo de presidente de turno de la Asamblea, confirmó la aprobación de un documento final que pone especial énfasis en el problema de la eliminación de la contaminación marina del plástico y de los microplásticos.

Ese punto se aprobó con la reticencia de Estados Unidos, que cree que la lucha contra esta lacra debe hacerse “dentro de un contexto”, según explicaron fuentes de la Asamblea, y enfocando el problema en los “países asiáticos que más contaminan los océanos”.

El compromiso con la batalla contra los plásticos incluye la eliminación de los de un solo uso para 2030, según explicó el ministro estonio en la rueda de prensa previa a la clausura.

El texto final subraya la determinación por combatir “el daño causado a nuestros ecosistemas por el uso insostenible y el desecho de productos plásticos, incluida la reducción de significativa de productos de plástico de un solo ante de 2030”.

“Y trabajaremos -añade el documento- con el sector privado para encontrar alternativas asequibles y ecológicas“.

Sin embargo, la deforestación fue la gran perjudicada en el documento final de UNEA-4 por la falta de acuerdo entre las delegaciones, pues sólo tuvo una discreta mención.

“Mejoraremos los sistemas y tecnologías nacionales de supervisión medioambiental, incluida la calidad del aire, el agua y el suelo; la biodiversidad, la deforestación, la basura marina, los productos químicos y los desperdicios”, indica la declaración ministerial.

En definitiva, la resolución final aboga por “pautas de consumo y producción sostenibles” que se sigan a través de una “economía circular y otros modelos económicos sostenibles”.