Albañil asesinó a su pareja y la enterró en la playa

Al ser detenido como principal sospechoso por la desaparición desde hace veinticinco días de la que fuera su pareja, Juan Carlos Rondón, de 36 años de edad, se confesó como el presunto homicida y guió al Cicpc al sitio de la playa donde había enterrado el cadáver.

Albañil asesinó a su pareja y la enterró en la playa
La comisión del Cicpc estuvo a cargo de la búsqueda del cadáver

Tras la confección, efectivos del Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), acompañados de los funcionarios del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf), se hicieron presentes en el lugar donde, según las información aportada por el detenido, se hallaba enterrado el cadáver de la mujer, y al cabo de varias horas de búsqueda en la arena, los sabuesos finalmente llegaron al punto del macabro entierro.

Como Milagro Nagua, de 46 años de edad, fue identificada la mujer asesinada y enterrada a poca distancia del mar y aproximadamente a un metro de profundidad, donde permaneció durante 25 días, mientras los turistas disfrutaban de los placeres marinos sobre la insospechada tumba.

Según lo aportado por quienes conocían a la pareja, estos vivían en pleitos constantemente, pues su relación se caracterizaba por la violencia familiar transformada en rutina de vida. Fue la hija de Nagua, quien al no saber de su paradero por 25 días, denunció la desaparición ante el Destacamento de la Guardia Nacional Bolivariana de Ocumare de la Costa y acusó directamente a Rondón como el responsable de la extraña desaparición de su progenitora.

Rondón guió a los detectives hasta el sitio donde enterró su mujer

Fue de esta manera como los funcionarios militares, luego de hacer las investigaciones pertinentes, procedieron a la detención del individuo, para de esta manera pasar el caso a la orden Cicpc, Subdelegación Caña de Azúcar.

Cabe destacar que lugareños indicaron que el implicado no es oriundo de la bahía costeña, sino que tiene su residencia en Maracay, específicamente en El Castaño, sector Ojo de Agua, y de manera regular frecuentaba Cata, por lo cual se hizo popular en la zona, especialmente por su oficio como albañil y vendedor de cocos, entre otras cosas que hacía para ganarse la vida.

Así fue el crimen

También se conoció de manera extraoficial, que todo comenzó con una típica pelea entre Juan Carlos y Milagro, cuando se presume que el agresor, estando bajo los efectos del alcohol, golpeó a la dama varias veces, tomándola por el cuello hasta dejarla sin aire.

Los sabuesos al detectar la presencia del cuerpo bajo la arena

El sospechoso, al ver ya inerte a la mujer, creyó que solo se había desmayado, fue entonces cuando la llevó hasta un lugar donde había una manguera; una vez ahí la desnudó, la vistió con un bóxer suyo y la bañó. Al percatarse que ésta no reaccionaba, supo que probablemente estaría muerta; fue en ese momento en que, aprovechando las altas horas de la noche, la soledad y la oscuridad de la playa, procedió a abrir el hueco en la arena y colocar el cadáver, con la esperanza de haber cometido el crimen perfecto, e imaginando que en días siguientes los turistas estarían sobre esta tumba sin percatarse de lo que había bajo la arena.

Milagro tampoco era de Ocumare, era de Coropo, municipio Francisco Linares Alcántara, pero se había mudado recientemente a la costa, donde se presume que conoció a Juan Carlos, con quien estableció una relación que estuvo signada por la muerte debido a la violencia que se impuso en la vida marital.

Los funcionarios forenses descubriendo el cadáver

El caso tiene consternado a residentes y comerciantes de Bahía de Cata, quienes aseguraron que estos casos suelen ser protagonizados generalmente por foráneos, quienes se establecen en la costa, generando alteraciones con sus conductas reñidas con el espíritu de hermandad que prevalece entre los lugareños de la playa.

 

Igualmente se conoció que, aunque existe una confesión, las investigaciones siguen su curso, para llegar hasta el fondo de este asesinato, que tiñó de sangre la playa en la que durante 25 días estuvo un cadáver, mientras los niños escarbaban para hacer sus castillos de arena.

 

JOSÉ LUIS BLANCO | elsiglo
fotos | FAUSTINO PÉREZ