Ecuador asiste a una crucial elección presidencial con dos opuestos girando en círculo

Los ecuatorianos irán este domingo a las urnas para elegir a su nuevo gobernante en una crucial segunda vuelta que enfrenta a la correísta Luisa González, que puede ser la primera mujer en ganar unas elecciones presidenciales, y al empresario Daniel Noboa, que con 35 años puede convertirse en el presidente más joven de Ecuador, dos perfiles opuestos en casi todo pero que giran en un mismo círculo.

Ecuador se irá este domingo a las urnas para elegir a su nuevo gobernante en una crucial segunda vuelta
Simpatizantes del candidato presidencial Daniel Noboa esperan la llegada del candidato para el cierre de campaña electoral

Y es que la elección del domingo parece ser una réplica de los comicios presidenciales de hace diecisiete años (2007), cuando el magnate del sector bananero Álvaro Noboa, padre del ahora postulante, perdía en una segunda vuelta electoral ante Rafael Correa, mentor de la actual candidata.

El hecho de que ahora se enfrenten González, alfil de Correa, y el heredero del emporio Noboa, parece dibujar un círculo de problemas que no se han resuelto desde entonces, a criterio del catedrático Napoleón Saltos.

CORREISMO Y ANTICORREISMO

La contienda, además, parece repetir la pugna entre el correísmo y el anticorreísmo, es decir entre la tendencia que abarca a las distintas facciones del movimiento Revolución Ciudadana (de Correa) y a otros grupos afines progresistas, y Acción Democrática Nacional (ADN), un grupo formado por Daniel Noboa y su familia, de carácter moderado y de signo neoliberal.

Sin embargo, Saltos consideró que ahora «ya no se trata del mismo correísmo» ni del «noboismo» de 2006, pues ambos grupos han sufrido transformaciones y representan distintos intereses.

Por ejemplo, el correísmo ya no goza del apoyo del poderoso movimiento indígena, que ha dejado en libertad a sus bases para votar por cualquier variable del voto (por González, blanco, nulo o abstención), menos por Noboa.

ADN, por su parte, ha debido hacer guiños a grupos del centro a la derecha para coaligar una fuerza de votos que permita encarar a la fuerte organización del correísmo, que incluso le permitió erigirse como la primera fuerza política en la próxima legislatura.

UNA «ANTICAMPAÑA»

Es esa contradicción la que ha marcado la presente campaña electoral que, según Saltos, se ha mostrado más bien como una «anticampaña», sobre todo en redes sociales, debido a que ha prevalecido el «ataque al otro» en lugar de la presentación de propuestas de gestión.

Para el sociólogo, la campaña ha buscado que los votantes se adhieran a una de ambas opciones, pero más «por rechazo al otro», sobre todo en las redes sociales, donde prima una estrategia basada en los algoritmos más que en la reflexión.

Por ello, la etapa proselitista ha aparecido «repetitiva y aburrida», según opinó Saltos.

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Sin embargo, el analista sostuvo que el domingo los ecuatorianos deberán decidir entre una opción, la de González, que representa una tendencia progresista que ha mutado en estos últimos años a una posición algo más alejada de la izquierda, frente a una visión, la de Noboa, neoliberal y similar a la del actual mandatario, el conservador Guillermo Lasso.

EFE

MV