A pocas horas de finalizar el año, comerciantes del casco central de Maracay comienzan a poner en exhibición las tradiciones uvas del 31 de diciembre, las cuales se comen al son de las campanadas para augurar un año de buena suerte y prosperidad.
En este sentido, los vendedores afirmaron que dicho fruto es muy solicitado en esta temporada, sin embargo, las ventas no han sido las mejores, por lo que esperan una activación completa en estos últimos días del 2022.
Al respecto, Maikel Dávila mencionó que a raíz de la inestabilidad del dólar, el costo de las uvas se ha disparado en los últimos días, alejándola de la mesa de los aragüeños en estas fiestas de fin de año.
“La uva está cara, creo que somos los únicos vendedores que la tenemos más económicas. Por ahí he visto que algunos la tienen en 150,00 bolívares, nosotros la tenemos en Bs 120.00 el kilo, apenas la acabamos de poner en exhibición, no se ha vendido, pero esperamos que con el pasar de los días las ventas mejoren”, indicó.
Por su parte, María Morales comentó que en los últimos años la tradición ha bajado, por ende, las ventas se han visto perjudicadas, esperando que este año sea la excepción.
“Tenemos la esperanza de que haya una mejora en las ventas a medida que se acerque el 31 de diciembre. Lo de las uvas es una tradición y muchas familias tratan de seguirla año tras año, pero con la situación que atraviesa el país se complica un poco”, acotó.
LA TRADICIÓN ESTÁ EN VEREMOS
Tal parece que la tradición de las uvas durante este 31 de diciembre estará ausente en la mesa de los maracayeros, pues su alto costo ha obligado a las personas a sustituirla por otros de menor valor.
Para Maritza Castro, quien se encontraba en las inmediaciones del centro de Maracay haciendo sus compras matutinas, la tradición de las uvas durante las campanadas ya no es opción, debido a que el presupuesto no le da por ser de familia numerosa.
“Para comprar un kilo de uvas en 150.00 bolívares prefiero comprar un pollo grande, rinde más y se come más. Me parece una exageración esos precios, tocará buscar otra opción”, aseveró.
Recordó que en años anteriores, las uvas no podían faltar en su mesa, pero debido a la situación se ha olvidado por completo de la tradición, “pondré en la mesa unas frutas más económicas, algunas mandarinas, unas manzanas y mamón, es más autóctono y rinde para toda la familia”, bromeó.
Por otro lado, María Gutiérrez declaró que la tradición está y el deseo de seguirla también, pero los precios no ayudan, por lo que remplazará el ritual por uno más económico que se ajuste a su bolsillo.
“Uno trata de seguir la tradición, imagínate desde que tengo uso de razón hacen los de las 12 uvas en mi casa, pero con esos precios se nos hace difícil, toca buscar otra fruta o dejar a un lado la tradición”, finalizó.
