El colapso de cloacas desbordadas de aguas negras causa molestia en los habitantes de la comunidad El Lago II, mejor conocido como Madre María, situación que afecta a más de 200 familias de los nueve edificios del sector C.
Seis días de suplicio han vivido los habitantes de esta comunidad, quienes hacen un llamado a las autoridades para detener el problema antes de que empeore, ya que las aguas residuales están empezando a recorrer otras zonas adyacentes.
En este sentido, Francisco Solórzano, concejal del municipio Girardot, reiteró su compromiso de acompañar a sus vecinos quienes ya no soportan la contaminación.
«Ya esto es un problema de salud pública, en los edificios la gente no puede usar los baños porque las tuberías están colapsadas y ahora, las aguas residuales salen por el estacionamiento y recorren las principales avenidas de nuestra comunidad», aseguró Solórzano.
Del mismo modo, el concejal afirmó que han contado con la presencia de la Alcaldía, pero necesitan que la problemática sea tratada con urgencia para evitar mayores daños.
«El llamado es al ciudadano alcalde y también a Hidrocentro para que den solución definitiva a esta situación que está creando graves consecuencias sanitarias», precisó.
Asimismo, explicó que ya se han hecho todas las diligencias necesarias, pero están a la espera de que inicien los trabajos correspondientes.
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Habitantes comentan la problemática de las cloacas desbordadas en Madre María
Por su parte, Maibeth García comentó que esta problemática se está presentando desde hace seis días, cuando colapsaron las tuberías y el personal de Hidrocentro, luego de un estudio realizado, determinó que la misma se encuentra fracturada, por lo que hay que cambiarlas.
«Este es un caso de urgencia, el edificio 7C se va a empezar a fracturar, además que la contaminación es demasiado fuerte, incluso ya hay personas enfermas con fiebre», precisó García.
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Liliana Arabia, por su parte, hizo hincapié en la preocupación que tienen los vecinos porque las aguas servidas rebosadas en el conjunto residencial están muy cerca del pozo profundo que les suministra las aguas blancas a todo el sector.
«Además ya no aguantamos el olor, ya no podemos usar los baños, el edificio de nosotros es una piscina de aguas negras, así que pedimos por nuestra salud y la salud de todos en el conjunto residencial», finalizó Arabia.
