El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció este miércoles nuevas restricciones para evitar la rápida transmisión de la nueva variante ómicron de la covid-19; que está provocando que en el Reino Unido los casos se doblen cada entre dos y tres días.
A partir del próximo lunes, el Gobierno ordena trabajar desde casa a todo aquel que pueda hacerlo; extiende la obligatoriedad de las mascarillas a la mayoría de lugares públicos cerrados e impone la presentación de un pasaporte de vacunación para acceder a clubes nocturnos o espectáculos masivos.
Johnson ha insistido en que no se trata de volver al confinamiento, sino de aplicar un “plan B” que se guardaba en la recámara desde que el pasado mes de julio se levantaran todas y cada una de las restricciones, apostándolo todo a la vacunación.
El premier sostiene que ómicron ha cambiado las reglas del juego, y que con esas medidas anticipadas se trata de no llegar a un punto en el que sea demasiado tarde reaccionar.
Confía que las dosis de refuerzo de la vacuna aumenten la protección de la población, pero Johnson también ha reconocido que, en el futuro, es posible que tengan que aplicarse otras medidas para las personas no vacunadas.
“No creo que podamos seguir de manera indefinida con intervenciones no farmacológicas, es decir, restricciones, sólo porque hay población que no se ha vacunado”, ha dicho el conservador este miércoles.
“Vamos a tener que hablar a nivel nacional de cómo procedemos de cara al futuro para proteger a aquellos que no se han vacunado por uno u otro motivo”, ha apuntado Johnson.
