Los habitantes del municipio Ribas denunciaron el mal estado en el que se encuentran las adyacencias de un popular centro comercial de la ciudad de La Victoria, indicaron que el mismo se encuentra en medio de la desidia y el olvido.
En este sentido, quienes se consideran afectados comentaron que con sólo con pasar por el Multijardín, se puede evidenciar su paupérrimo estado, donde el excremento de personas, basura, escombros y malos olores, son el factor denominador.
Con respecto al tema, Mirna Tamanaco expresó: «Esta parte del casco histórico se ha vuelto una completa odisea para todos los ciudadanos, ya que es un paso casi que obligatorio. Es horrible, huele malísimo, hay heces fecales y orina por donde pases y el olor es algo de otro mundo. De verdad esto se ha convertido en un foco de contaminación inminente».
Del mismo modo, Eliécer Padrón agregó: «Desde que tengo uso de razón y con la muerte de este centro comercial todo ha ido en picada, comenzaron a merodear más y más los mendigos, hasta que llegamos a la actualidad, donde viven y hacen sus necesidades allí, dejando todo asqueroso y eso al parecer no le importa a nadie».
Por su parte, José Rondón dijo: «Yo que vivo en las cercanías en conjunto con vecinos hemos tratado de hacer llamados de atención a todos los gobiernos de turno y lo menos que han hecho es hacernos caso. Anteriormente, la iglesia estaba igual, pero luego de los arreglos, las personas como que dejaron de usarla de baño público y quedó el centro comercial así».
En resumidas cuentas, los ciudadanos de esta parte del eje Este hacen un llamado a los entes competentes para que tomen cartas en el asunto y de una u otra forma canalicen soluciones que les devuelvan estos espacios y con la hermosura de lo que representa al estar en el casco histórico.
Asimismo invitaron a tomar en cuenta la reactivación del centro comercial, para el beneficio de la comunidad, que según ellos, necesitan de espacios, no sólo de recreación, sino también de salud para que de esa forma los ya existentes se vean un poco más desahogados al atender sus pacientes.
DANIEL MELLADO | elsiglo
