En el marco del inicio de la Cuaresma, este miércoles se llevó a cabo la misa del Miércoles de Cenizas en la Catedral de Maracay, la cual estuvo presidida por el Obispo de la ciudad, monseñor Enrique Parravano.
Durante la Eucaristía, monseñor Parravano resaltó que durante estos cuarenta días los cristianos tendrán la oportunidad de reflexionar sobre la vida de cada uno y cómo se encuentra el camino de fe y el seguimiento de Jesús, el Señor.
“La Cuaresma, tradicionalmente es un tiempo de conversión ya que nos permite entrar en lo más profundo del corazón para ver cómo estamos en esa vivencia de nuestra vida cristiana, hoy la iglesia con la imposición de las cenizas nos recuerdan que debemos creer y anunciar la buena noticia de Jesús, todos necesitamos acercarnos más a Dios con un corazón puro para poderlo servir mejor a Él en cada uno de nuestros hermanos”, señaló monseñor Parravano.
Asimismo el Obispo de Maracay, resaltó que durante estos 40 días llevarán a la gran celebración de la Semana Mayor, “la Semana Santa inicia con el domingo de Ramos y concluye con el domingo de la Pascua del Señor, por eso invitó a todos los ciudadanos a participar en estas celebraciones que se llevarán a cabo en la Catedral, así como en cada una de nuestras iglesias de la diócesis”.
Resaltó que la Semana Mayor es un tiempo propicio para renovarnos y acercarnos a vivir la fe en comunidad, “todo este tiempo debemos acercarnos al Señor a través del sacramento de la reconciliación, todos tenemos necesidad de purificarnos y cambiar nuestra vida y juntos celebrar la Eucaristía para recibir el pan que nos fortalece y nos ayuda a caminar en los momentos tan difíciles que nos toca transitar sobre todo en este tiempo que vive Venezuela”.
Por último, monseñor Parravano señaló que en los casi cinco meses de haber llegado a la diócesis de Maracay se siente agradecido y sorprendido por la participación y la fe del pueblo aragüeño, “los ciudadanos viven de una manera muy especial la fe en el Señor, el día sábado estamos convocados para rezar por la pronta beatificación del doctor José Gregorio Hernández, un hombre de profunda fe y gran caridad que supo amar a Dios en el prójimo más necesitado”.
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