La terapia Gestalt y el EMDR: beneficios en pacientes con trastorno obsesivo compulsivo

Ciertas patologías, como el trastorno obsesivo compulsivo, necesitan un arduo trabajo por parte del psicólogo para solucionarlas. La combinación de enfoques terapéuticos efectivos, como la terapia Gestalt y el EMDR, son claves para que el paciente pueda mejorar su calidad de vida y aliviar los síntomas relacionados con este trastorno

trastorno obsesivo

La psicología es una disciplina amplia y extensa, con distintas terapias y métodos que tienen un objetivo en común: solventar los problemas emocionales que aquejan a las personas y, en consecuencia, tener una buena salud mental. Cada patología o trastorno debe tratarse de forma diferente, y depende del psicólogo escoger la terapia, o la combinación de terapias, correcta para conseguir el bienestar de su paciente.

En este escenario resulta oportuno conocer cómo tratar el trastorno obsesivo compulsivo. Esta patología es un tanto difícil para el paciente y para el profesional, pues implica la existencia de pensamientos obsesivos y comportamientos compulsivos muy recurrentes, los cuales por lo general interfieren con el proceso de recuperación y con la vida diaria del afectado.

El tratamiento trastorno obsesivo compulsivo se trata tanto con terapia como con medicación. En el caso de la terapia, lo cual concierne al psicólogo, uno de los mejores métodos se encuentra en la terapia desarrollada por la escuela de la Gestalt, el cual ayuda a los pacientes a descubrir las raíces emocionales que dan lugar a sus obsesiones y compulsiones, permitiéndoles sanarlas para así finalmente encontrar la paz mental.

Los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo

El trastorno obsesivo compulsivo se basa en la existencia de dos procesos cognitivos distorsionados: las obsesiones, que se refieren a los pensamientos e imágenes no deseadas que generan el malestar emocional, y las compulsiones, que son las conductas que se producen en precisamente respuesta a las obsesiones.

Los síntomas específicos del trastorno obsesivo compulsivo, además de las propias obsesiones y compulsiones, son el aislamiento social, la ansiedad, la depresión, la hipervigilancia, entre otros. Claro está, los síntomas van a  depender de la naturaleza propia de las obsesiones y compulsiones, las cuales varían de paciente en paciente.

El papel del psicologo online es esencial en lo que se refiere al trabajo de recuperación del paciente con trastorno obsesivo compulsivo. Aunque no existe una cura definitiva para este trastorno, quien lo padece sí puede tener una buena calidad de vida. La terapia online es especialmente importante, pues permite a los afectados recibir ayuda aún en casos de aislamiento social, sin duda, es un recurso muy valioso.

Tratamientos como la terapia Gestalt o la terapia EMDR han demostrado ser muy útiles para aliviar los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo, siendo grandes opciones para evitar que esta patología siga afectando al funcionamiento diario de la persona. Con la ayuda de un psicólogo con experiencia y conocimientos adecuados se pueden obtener resultados notorios y satisfactorios, en cuanto a la calidad de vida se refiere.

¿Cómo puede ayudar la terapia Gestalt?

La terapia Gestalt es un estilo de tratamiento que se enfoca en la conciencia del “aquí y ahora”, centrándose en el momento presente y en la integración de los diferentes aspectos que conforman al ser humano (emoción, cognición y comportamiento), uniéndolos como un todo. Este tipo de terapia es muy beneficiosa para los pacientes que sufren de trastorno obsesivo compulsivo.

Un psicologo Gestalt Madrid es capaz de mejorar significativamente los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo, logrando que el paciente ahonde en su conciencia y descubra las causas de sus obsesiones, permitiendo lidiar con ellas y evitar los comportamientos compulsivos. Todo es un proceso, y requiere de sesiones psicológicas frecuentes hasta llegar al resultado deseado.

La terapia Gestalt es ideal para explorar patrones y bloqueos que limitan el bienestar personal, explorando la conciencia de los pensamientos para descubrir nuevas formas de actuar. Esto es útil para los pacientes con trastorno obsesivo compulsivo, quienes requieren controlar sus obsesiones para evitar la caída en las compulsiones.

El aspecto más interesante de la terapia Gestalt es que considera a la persona en su totalidad, viéndola como un todo e integrando sus diferentes aspectos y características en una unidad. Es un enfoque diferente, que contrasta con los demás tipos de terapia que se aplican en la actualidad, y permite obtener resultados más beneficiosos para ciertos clientes.

La terapia EMDR y el trastorno obsesivo compulsivo

La terapia de Gestalt, aunque útil, funciona mejor al combinarla con otros métodos para formar un tratamiento integral. La terapia EMDR, por ejemplo, resulta encajar a la perfección con la terapia de Gestalt en los casos de trastorno obsesivo compulsivo. El nombre completo de la terapia es Terapia de Desensibilización y Reprocesamiento por los Movimientos Oculares, y funciona al promover la estimulación bilateral del cerebro.

Los psicólogos EMDR buscan el reprocesamiento de los recuerdos, creencias negativas o traumas existentes. El paciente piensa en aquello que le aqueja, y se estimula bilateralmente al cerebro para desensibilizarlo frente a lo que pensó. Comúnmente, se utilizan movimientos oculares para llevar a cabo la estimulación bilateral, y se observa el recuerdo sin juzgarlo.

Se procesan las asociaciones, emociones y pensamientos ligados al recuerdo, para que el paciente pueda cambiar su respuesta frente a él. Los resultados son rápidos, logrando un cambio significativo en menos sesiones, a comparación de otras terapias que requieren meses o, incluso, años de tratamiento continuo. Por lo tanto, cada día más psicólogos deciden utilizar este tipo de terapia en sus tratamientos.

Los pacientes suelen sentirse más cómodos durante la terapia EMDR, pues esta no requiere que los clientes cuenten sus recuerdos traumáticos en amplio detalle. Esto les ayuda a tener una mayor sensación de control durante el proceso general de tratamiento, enfocándose más en la experiencia subjetiva asociada al trauma que en el trauma en sí.

La terapia EMDR surgió principalmente para tratar el trastorno de estrés post traumático, pero ha demostrado ser útil para aliviar la ansiedad, la depresión, las fobias y, por supuesto, el trastorno obsesivo compulsivo. Claro está, debe realizarse un tratamiento integral, en el que se apliquen varios tipos de terapias, pues el trastorno obsesivo compulsivo requiere un trabajo desde distintos enfoques para obtener los resultados esperados.