«Abya» es Venezuela vista a través de un videojuego

Hasta hace muy poco un alto porcentaje de la sociedad pensaba que los aficionados a los videojuegos eran sólo «vagos» que no hacían nada productivo por la humanidad; pero este pensamiento ha cambiado por cuanto muchos de estos gamers descubrieron a través de los videojuegos que tenían grandes habilidades y destrezas que desconocían y lograron emprender grandes proyectos creativos.

La historia que sirvió de inspiración para el videojuego también llegó a la literatura con dos cuentos de Carlos Ramos

Cuando el arte, la ciencia y la tecnología entraron en la vida de Carlos Ramos Gómez, nada volvió a ser igual, ya que su afición por un videojuego lo llevó a recrear escenarios con lugares místicos de su país que no conocía, pero que siempre anheló visitar.

Abya es un videojuego de expansión o modificador del juego original «Skyrim, the elder scrolls V», a través de un mundo inspirado en Sudamérica, pero que se centra en los tepuyes venezolanos y la etnia pemona que los rodea y fue creado motivado a la curiosidad de un joven aragüeño que jamás había creado un videojuego.

Ramos en el año 2017 «le dio la vuelta al juego», es decir, lo jugó completo y al ocurrir esto, los creadores del mismo liberan el motor del videojuego, otorgando unos derechos compartidos para crear nuevos mundos, pero sin la posibilidad de monetizar, así que por «curiosidad», este Ingeniero Agrónomo de profesión, inició esta nueva etapa de su vida.

«Yo me topé con esa posibilidad y comencé a hacer una modificación para mí. Es un mundo abierto en el que puedes ir hacia lo que quieras y me conseguí un apartado para crear un territorio nuevo y como tenía esa opción, dibujé Suramérica, le puse su geografía, algunos ríos, levanté un par de tepuyes con la idea de hacer el Kerepakupai-vena, mal llamado Salto Ángel y al adentrarme a esa zona me pareció tan impresionante que pensé que no lo podía dejar sólo para mi», relató Gómez.

EL INICIO DE UNA HISTORIA

Carlos, conocido por sus seguidores como «Radagast The White» al ver este nuevo vacío, sólo con algunos elementos y paisajes del parque nacional Canaima supo que ahora le tocaba una tarea muy importante, crear una historia y como los tepuyes fueron el punto de partida de todo indagó en las historias de sus guardianes, los pemones.

«No conseguía información suficiente porque en ese entonces las herramientas de búsqueda no eran tan potentes como ahora, pero me topé con un blog donde una persona contaba historias sobre esa cultura, sobre un ser mitológico llamado Imoronek, considerado un ente maligno que genera enfermedades y problemas y otro grupo de entes mitológicos con diferentes características morfológicas que trabajan para él», explicó el creador.

Ese material fue suficiente para que Radagast empezara a desarrollar una historia en la que Imoronek y los pemones tenían una relación antagónica y en la que este territorio que para ese momento no tenía nombre debía liberarse de las intenciones de destrucción de este ser maligno.

UN NUEVO IDIOMA

A partir de ese momento, inició todo el proceso creativo en cuanto a los personajes que desde el comienzo tenían una vinculación con lo étnico y por lo tanto, su creador tuvo que investigar a fondo esta cultura que para ese entonces era desconocida para él y con la ayuda de un diccionario español-pemon y un trabajo de grado de la Universidad del Zulia, pudo estudiar a fondo la morfología del idioma, para así crear uno nuevo con la intención de «no ofender a los ancestros».

«Al idioma lo llamé ayerekunai que viene de Arekuna, porque ese es el nombre de los pemones que viven en esa zona. Hay muchas palabras en este idioma que suenan como la lengua pemona porque tiene la misma morfología», acotó Ramos.

Para los nombres de los animales, este joven creativo utilizó sus conocimientos como ingeniero agrónomo y tomó como inspiración los nombres de algunas plantas, tomando como base los nombres de las familias y los géneros, de plantas como la palma de moriche o de la caraota.

Inicialmente el territorio se llamaría «Ataura», de que todo iba tomando forma y se fueron incluyendo aborígenes del sur como los mapuches, entonces su identidad debía englobar a todo el territorio sudamericano, por eso surge el nombre «Abya» que proviene de «Abya Yala», nombre aborigen ancestral aceptado por todas las culturas del continente americano.

El desarrollo del videojuego se extendió desde el 2017 hasta el 2021 y en ese recorrer, intentar y errar, muchos amigos en todo el mundo ofrecieron sus aportes puntuales sobre todo en la parte gráfica, con mejoras para los atuendos y adaptaciones más estéticas para los personajes, tomando en cuenta que se trataba de elementos en 3D.

«Esa ayuda la conseguí gracias a grupos de jugadores donde también hay artistas que hacen este tipo de modificaciones, así que por esa vía también hice un casting abierto a manera de colaboración para darle voz a los personajes y así llegaron dos personas de Argentina, una persona de Uruguay, otro de México y un español, adicional a las personas que me apoyaban en Venezuela, a pesar de que esto era sin fines de lucro, ya aunque fue en plena pandemia el objetivo se logró», contó.

La misma estrategia la utilizó para la musicalización del videojuego que inicialmente era el trabajo de él solo, del creador, pero luego se sumaron un amigo y un familiar de éste para crear pistas originales de hasta un minuto para darle mayor riqueza al juego.

TIERRA DE LOS ÁRBOLES SAGRADOS

Aún cuando el juego no estaba disponible, su creador empezó a notar que las personas que se iban enterando de esto, quedaban muy interesados, lo que le llevó a pensar que la historia era buena y que sería oportuno que aún las personas que no tienen este tipo de afición pudiera conocerla.

De aquí surge la idea de crear «Abya, tierra de los árboles sagrados», un libro basado en el juego para darle también al jugador lector la amplitud de saber por qué está llegando a esta tierra, descubrirlo en primera persona.

En la actualidad, aunque Ramos Gómez insiste en que no es un creador de videojuegos, confesó que esta experiencia ha despertado su vena literaria y ya ha logrado publicar dos cuentos sobre Abya. También comentó que sus intenciones son seguir estudiando para convertirse en escritor.

«Este un arte que involucra demasiadas artes y se fusionan con la ciencia para dar vida a un mundo de fantasía. Yo sólo soy un jugador curioso que logró materializar una idea a través de un proceso bien largo de aprendizaje, con una laptop muy vieja que no cumplía con los requerimientos, pero se logró», precisó el artista
Entonces el joven que no tenía conocimiento alguno en esta área, ahora se dedica al desarrollo de sitios web con PHP, también aprendió sobre el 3D y a utilizar herramientas de edición de audio, imágenes y texturas.

Abya tiene el día de hoy 2.700 descargas a nivel mundial, el libro tiene más de 300 descargas y cuenta con traducciones al inglés, ruso, japonés y alemán para mayor proyección a nivel mundial. «He recibido de parte de estas comunidades gratificantes comentarios de ‘no sé qué hiciste, pero no quiero volver al juego original’ o cosas como ‘quiero quedarme viviendo en Abya’ y esas son cosas que valoro mucho», continuó diciendo.

«Creo que funcionó recrear un mundo que transmitiera paz, donde incluso se pueden apreciar nuestras playas aragüeñas, así como las selvas, montañas, sabanas; cosas que la naturaleza nos dio y de las cuales somos guardianes, ahora están llegando a otras latitudes gracias a este proyecto», finalizó Ramos.

elsiglo

YG