Virgin Galactic lanzó su primer vuelo espacial comercial desde el puerto espacial America en el estado estadounidense de Nuevo México, con un equipo de investigación italiano a bordo de su nave espacial Unity.
La nave espacial fue lanzada a las 11.30 hora del este de EEUU (15.30 GMT) para un vuelo de 90 minutos que servirá para realizar una serie de experimentos científicos suborbitales.
Virgin Galactic: vuelo espacial comercial
La tripulación de tres personas incluye al Comandante Walter Villadei de la Fuerza Aérea Italiana; el ingeniero del Consejo Nacional de Investigación de Italia, Pantaleone Carlucci; y el teniente Coronel Angelo Landolfi, que además es médico. Además, la nave espacial llevará al entrenador de Virgin Galactic y al principal “instructor de astronautas” de la compañía, Colin Bennett, ya los dos pilotos de Unity, Michael Masucci y Nicola Pecile.
La tripulación llevará a cabo experimentos de biomedicina, así como experimentos sobre el desarrollo de materiales innovadores y sostenibles en condiciones de microgravedad.
La emoción de la ingravidez
El cohete blanco se elevó hacia las 10.30 am EDT (16.30 en España) sujeto a la parte inferior de su avión de transporte, el VMS Eve, cuando el avión portador despegó de Spaceport America, cerca de la localidad de Truth or Consequences, en Nuevo México.
Alcanzado el punto de altitud de despegue a unos 45.000 pies (8,5 millas/13,68 km) sobre el suelo, Unity se soltó de la nave nodriza y se desprendió mientras los pilotos encendían el motor del vehículo para que el cohete despegara en un ascenso casi vertical a unas tres veces la velocidad del sonido hacia la negrura del espacio. Según Virgin Galactic, Unity alcanzó una altitud de casi 85,1 km. En la cúspide del vuelo, con el cohete apagado, la tripulación experimentó unos minutos de ingravidez antes de que la nave entrara en modo de reentrada e iniciara su descenso de vuelta a la Tierra.
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Una transmisión por Internet de Virgin Galactic mostró imágenes en directo de los miembros de la tripulación atados a sus asientos con trajes de vuelo y gafas de sol mientras se acercaban al punto álgido de su viaje, para luego disfrutar de la emoción de la microgravedad mientras Villadei descubría una bandera italiana en la cabina.
MV
