Más del 30% de docentes migraron a otros países y 50% al trabajo informal

Cuando prácticamente el año escolar 2021-2022 entró en su fase culminante, el Sindicato Único de Maestros (Suma-Aragua) ofreció un balance de la situación de los docentes en la región, puntualizando, que 37% de los educadores -entre mujeres y hombres- durante este período, tomaron la decisión de salir del país para buscar mejoras salariales en bienestar de su grupo familiar.


La profesora Maribel Bernal, secretaria de Bienestar Social de dicho sindicato expresó que ante la crisis económica en Venezuela los profesionales de la educación están entre las primeras víctimas de toda esta situación, recalcando, que el incremento del salario que dio el Gobierno nacional recientemente “la superinflación se lo comió”, y “ya no alcanza para cubrir las necesidades básicas”.


“En el estado Aragua, el 37% migraron hacia otros países latinoamericanos y europeos, y 50% al trabajo informal o se mantiene realizando otros oficios y emprendiendo en otra cosa para tratar de cubrir las necesidades de sus familiares”, apuntó.


Indicó que el docente venezolano está pasando una difícil crisis económica y social, porque no alcanza el salario para cubrir “lo más necesario”.


“Un maestro está haciendo en estos momentos, tortas, yogurt, comida, incluso, están de colectores en unidades de transporte urbano. Hay educadores de vigilantes en empresas y lo hacen en sus horarios alternos para poder ganar algún dinero”, aseveró.


Bernal denunció que desde la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre) se viene haciendo estragos con el salario de los docentes; explicó la representante del SUMA que a los maestros estadales para la primera quincena del mes le pagan completo, “pero para la segunda quincena (del 25), tienen que esperar hasta 22 días para cobrar, circunstancia que se ha repetido en los últimos tres meses”.


“Exigimos que el gobierno regional se ponga a derecho con todos estos pagos, así como la recuperación de las infraestructuras escolares”, subrayó.


Por otra parte, dijo, los centros educativos no están aptos para recibir a los estudiantes en medio de una pandemia, “porque aunque la gente no lo quiera creer, el Covid-19 sigue siendo una realidad, está suelto y anda rondando por todos lados”.

Las instituciones no cuentan con los servicios básicos, como agua potable, y tampoco tienen alumbrado, como por ejemplo, el liceo nocturno Francisco de Miranda. Los docentes estamos trabajando de día para poder atender la matrícula escolar – añadió.


En otro orden de ideas, Bernal afirmó que el magisterio venezolano no cuenta con un seguro de Hospitalización, Cirugía y Maternidad, y tampoco funerario.


“El docente que logra acceder a un servicio de salud pública para una intervención, requiere de doscientos dólares mínimo para costear el material quirúrgico, sin meter el tratamiento postoperatorio”, detalló.

También te puede interesar:Voluntad política es necesaria para recuperar el comedor de UPEL-Maracay


Notificó que se está discutiendo la tercera convención colectiva, pero enfatizó “aun no hay una oferta salarial por parte del ministerio”.
“Esperamos la armonía y paz laboral para todos, porque en la medida que el docente esté bien remunerado y tenga condiciones de salubridad en sus centros de trabajo, en esa misma medida el trabajo será productivo y efectivo”, comentó.


La profesora Bernal exhortó a todos los docentes para que se unan y se mantengan en la lucha. “La única manera de salir de esta crisis es en la unión, porque todo lo que logramos en 90 años de lucha magisterial, el Gobierno nacional lo ha arrebatado de un solo plumazo a través de un incremento de salario mínimo”, declaró.


Especificó que la deserción escolar ha estado en más del 30% en este período, “por el mismo contexto económico. Los padres y representantes en muchas ocasiones no tienen para cubrir el costo de la merienda, el pasaje, la compra del calzado y de útiles escolares”.

HBRI | elsiglo