El sindicalismo necesita una generación de relevo

Hoy 1º de mayo, Día Internacional del Trabajador, se conmemoran los 136 años que se generó una serie de movilizaciones obreras considerada las más reivindicativas en el mundo, que se registraron en varias ciudades de los Estado Unidos, en donde una generación de trabajadores cansados de laborar por más de 15 horas diarias, decidieron amenazar con paros y hasta generar huelgas, con el fin de que se concrete la jornada laboral de ocho horas diarias.

La clase obrera obligó a los patronos a reducir las jornadas de trabajo


Para ese entonces el objetivo fue logrado años más tarde, a pesar del derramamiento de sangre y pérdidas de vida a causa de la violencia en las situaciones presentadas que pasaron después. Pero que sirvió de impulso para que otros países, en especial Europa siguieran esta línea, y naciera así el movimiento obrero sindical a nivel mundial que buscaría mejores condiciones laborales en pro para el beneficio para ellos y el crecimiento de la economía de sus regiones.


Yéndonos a la realidad venezolana, estos movimientos gremiales surgieron como en todos los países con el proceso de la industrialización, más aquí por el boom petrolero, que fue más notorio después del 1936, específicamente tras la muerte del general Juan Vicente Gómez, donde surgieron esas luchas para que los sindicalistas de esa época y los trabajadores reclamaran una serie de derechos que exigían.


Siguieron los años y más generaciones se unieron a estas filas, y los movimientos sindicales tanto en Venezuela y el mundo tuvieron altas y bajas. No obstante, en la actualidad y de acuerdo a tres sindicalistas entrevistados, existe una necesidad de que la juventud tenga un protagonismo en las luchas gremiales, tal como lo hicieron las otras generaciones, ya a criterio de ellos, en un futuro se pueden perder garantías que por décadas se lucharon.

Lenín Linares, miembro del Frente Nacional de Lucha de la Clase Trabajadora Aragua


En este sentido, Lenín Linares, una de las líderes del Frente de Lucha de la Clase Trabajadora, e integrante del Partido Comunista de Venezuela, fue clara en expresar que las nuevas generaciones deben integrarse a la vida sindical y ser conciencia para que no les ocurra pérdidas de derechos como a los pensionados y jubilados en el país.


«Los adultos mayores son los únicos que están peleando, ya que porque lo único que tenían que perder lo perdieron, que fueron sus pasivos laborales, sus pensiones y la garantía de tener una vejez tranquila», manifestó la dirigente sindical, haciendo un reflejo de la actualidad de este sector.


A juicio de Linares, dijo que la juventud no está viendo en estos momentos, son los procesos de desmejoras salariales y otros beneficios que poco a poco se van perdiendo a través de los años, recalcando el acceso a una seguridad maternal de las mujeres jóvenes.
«No ven todo eso, las libertades gracias a las leyes que teníamos que por muchos años peleamos», comentó.


La líder añadió que son múltiples los factores que se ven afectados, las nuevas generaciones que en muchas oportunidades no sólo ella, sino diversas organizaciones gremiales han denunciado a vox populi en muchas oportunidades.


«Fíjate que la gran masa trabajadora que se está empleando sin jóvenes y sin éstos, no son sujetos de sindicalización porque no son contratados. Además, están botando a la mayoría de las personas mayores de 40 años y están contratando sin ningún tipo de beneficios a los jóvenes, porque en la actualidad están dando contratos de 3 meses, le pagan con bonificaciones y no tienen garantía de seguridad laboral, ni de estar en sus puestos de trabajo fijos», resaltó Linares.


Además, hizo énfasis sobre la profesionalización y la fuga de cerebros que ha ocurrido en el país debido a la crisis económica y la migración forzada de la juventud que busca una mejor calidad de vida en otras naciones.


«Actualmente se está viendo una gran baja académica en las universidades, incluso en los núcleos de municipalización de las universidades que tanto se luchó para que las personas pudieran optar a trabajos mejores», dijo la dirigente gremial quien acotó que en su generación fue difícil acceder a la educación universitaria.


Continuó diciendo que a pesar de que estudiar se convirtió en un derecho, en algo accesible, ahora para la juventud no es algo que los motive. «Muchos argumentan que para qué van a estudiar si los profesionales no ganan nada», acotó.

Concluyó su intervención expresando que si la juventud no lucha para que los profesionales ganen dignamente, se seguirá perdiendo mano de obra calificada en el país.


«Lo que les quedó fue irse, por eso ese éxodo que representa colgar los brazos a la lucha», sentenció Linares, invitando a la juventud a unirse a la vida sindical, aseverando que es la única vía para recuperar los derechos y el futuro digno que merecen los venezolanos.

«HABLAR DE SINDICALISMO ES DECIR QUE PRÁCTICAMENTE NO EXISTIMOS»


En este mismo contexto, Karla Barcos, secretaria de organización del Sindicato Nacional de Trabajadores del Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (Sintrainces) del estado Aragua, asegura que hablar de los movimientos sindicales en la actualidad es prácticamente inexistente para la colectividad, sobre todo para el sector público y la juventud, ya que son sindicatos que protegen los intereses de los patronales.

Karla Barcos, secretaria de organización del Sintrainces Aragua


Sin embargo, la dirigente afirma no descansar sobre la lucha y según su experiencia la insistencia para alcanzar los objetivos es fundamental para poder ver cambios en la sociedad.


«Esta es mi opinión personal. Hay asociaciones de jubilados que están entregando documentos públicos; dejan que lleguen y entregan el documento y se van. Pero el detalle es que no es sólo entregar el documento, el deber ser es que debe hacerse un seguimiento», dijo la sindicalista.


Recomendó que si siete organizaciones participaron en la entrega del escrito, las mismas deben ir a donde entregaron dicho documento a preguntar a diario o semanalmente si hay o no respuesta. «Va una de las estructuras un día y piden su firma y sello. Luego de mes y medio haces una rueda de prensa y refleja que a pesar del seguimiento buscando respuesta no recibieron nada de lo que solicitaron. Esta acción motiva a las personas, porque sino va a ser más de lo mismo», dijo Barcos, haciendo una sugerencia para motivar a las personas.

SIN GENERACIÓN DE RELEVO


Por otra parte, la secretaria de organización del Sintrainces, dijo que a su juicio debe darse una oportunidad a las nuevas generaciones para que impulsen y capten la atención para continuar luchando por los derechos de los trabajadores.

La masa laboral exige mejoras salariales


«No hay generación de relevo sindical, pueden ver que declaran lo mismo y como le digo a la gente si siguen haciendo lo mismo, vamos a tener lo mismo», comentó.


Además, aclaró que también hay poco interés en la formación sindical, ya que esto es uno de los factores por la cual no se concretan los objetivos por la cual se plasmaron. «Es como si te gradúas de médico y no te formas, vas a ser un médico nada más», comentó.


Finalizó su intervención haciendo énfasis en la necesidad de que la juventud y el pueblo en general luchen por conquistar sus derechos laborales, y la única opción que tienen para hacerlo es motivar para que se sumen a esta causa.


«Sino motivamos a las personas que todavía están esperando que nos vengan a salvar, yo creo que aquí no nos vamos a salvar ninguno. Exigir no es algo malo, es algo que te mereces y no puedes negarlo», concluyó.

LA EXPERIENCIA DEBE SER TRANSMITIDA A LAS NUEVAS GENERACIONES


Para finalizar, Pedro Eusse, integrante del Buró Político del Partido Comunista de Venezuela y secretario nacional para el Movimiento Obrero y Sindical de esta organización política, explicó el origen del Día Internacional de Trabajador, siendo este fundamental y el origen del movimiento obrero sindical para que las futuras generaciones sepan de dónde viene este día y estén presentes.

Pedro Eusse, dirigente del PCV


«Sus génesis están desde mucho antes, pero como tal es conocido a finales del siglo XVIII, cuando en el surgimiento de la industria, miles de trabajadores estaban sometidos a tratos crueles de sobreexplotación con jornadas de 15 horas diarias. Para el año 1868, con la Primera Internacional, se elevó como bandera la reducción de la jornada laboral a ocho horas diarias e iniciando así la lucha por esto», comentó.


Eusse explicó que este nacimiento se concretó a partir del 1º de mayo pero en el año 1886, cuando los trabajadores estadounidenses decidieron entrar en huelga para pedir la reducción de las jornadas laborales. No obstante, ese escenario se concretó en varias ciudades, menos en Chicago, donde las precarias condiciones laborales que vivían esos trabajadores para aquel entonces, los obligó a extender la huelga por tres días más.


«Para ese entonces los trabajadores laboraron ocho horas completas, se fueron a sus casas y pararon de laborar, situación que alteró a los patronos, quienes con fuerzas policiales amenazaron a los trabajadores. El 4 de mayo se continuó la protesta en Chicago en la plaza Haymarket, En medio de la misma lanzaron un artefacto explosivo y detonó donde estaban los policías y esto generó un Estado de sitio y responsabilizaron a los líderes sindicales que estaban dirigiendo la manifestación, pero eso no fue así», argumentó, añadiendo que fue un plan para desmovilizar las masas e iniciar las represalias dejando a cientos de detenidos, en especial a los mártires de Chicago.


El integrante del PCV comentó que luego de esos acontecimientos, para 1889 en el Congreso de la Asociación Internacional de Trabajadores, también llamada Segunda Internacional, se concretó la consigna en todo el mundo por la reducción de la jornada laboral e iniciando así el camino para que los países industrializados pudieran organizarse y luchar además por este derecho y otros.


«El origen del movimiento sindical y obrero venezolano por supuesto se remonta cuando se establecieron centros fabriles en el país y las primeras organizaciones en el siglo XIX y principio del siglo XX. Para ese entonces no eran movimientos sindicales sino organizaciones de ayuda mutua que se agrupaban trabajadores y sindicalistas y trabajadores artesanales, carpinteros, albañiles y zapateros», comentó.


Pero continuó diciendo que tras el boom de la era petrolera, comenzaron a organizarse sindicatos y generar varias huelgas en el país, sobre todo por varios sectores que eran detractores del gobierno dictatorial de Juan Vicente Gómez.


«Ese es el momento en el que podemos decir que de verdad surge un movimiento de clase obrera en el país, eso lo hacían grandes petroleras de Estado Unidos, holandesas en la década del 30 y en que surgieran otras industrias», dijo.


Eusse hizo hincapié en que las primeras organizaciones sindicales, muchas de ellas no reconocidas, ya había intentado realizar un primer ensayo para implantar una primera Ley del Trabajo, 1925 o 1928, periodo de Juan Vicente Gómez, por eso no tuvo ninguna trascendencia, sino como meros requisitos de las organizaciones internacionales del trabajo. «Esto es para que las grandes empresas pudieran trabajar y demostrar que estaban operando en un país que si se respetaban las leyes internacionales y libertades», comentó.


«Pero fue en 1936 cuando se promulgó la Ley del Trabajo y el derecho para que los trabajadores se reúnan y hagan convenciones para la negociación colectiva y el derecho a huelga se reconociera», dijo.


Ciertamente, Eusse enfatizó que el surgimiento fue tras la creación de las primeras células del PCV en el año 1931, además de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, pero que con el tiempo y el pasar de los gobiernos, la incidencia de los comunistas era opacada por «represalias» de los gobiernos de turno, quienes poco a poco lo sacaron de esta primera central que agrupaba todos los sindicatos y movimientos gremiales en el país.


De hecho, Eusse responsabilizó a este movimiento en afiliarse a los intereses de los gobiernos de la llamada Cuarta República a imponer los «paquetes neoliberales» de la época que desmejoraron las condiciones de los trabajadores y causaron que el país se vuelva monodependiente de la renta petrolera, situación que continuó hasta el gobierno de Chávez y ahora con el del presidente Nicolás Maduro.

LA JUVENTUD DEBE APRENDER DE LA VIEJA GUARDIA


Finalmente, Eusse considera que es fundamental que la juventud se incorporé a las luchas del movimiento obrero y el sindicalismo con conciencia. No obstante, cuestionó que no ve necesario un desplazamiento de los sindicalistas más veteranos, sino que ellos contribuyan en la formación de los nuevos.


«Es necesario renovar sus direcciones y abrir espacios y posibilidades para que los jóvenes avancen, las nuevas generaciones avancen y es una necesidad inevitable para que las organizaciones sigan sobreviviendo y continuar con sus objetivos. Sin embargo, la necesidad más importante no es esa, es que los dirigentes de la organización tengan conciencia de clase, principios muy claros, que estén formados, que tengan fortaleza no tanto que sean jóvenes o viejos o que tengan muchos años, es importante que haya una convención con cuadros de muchos años de experiencia y jóvenes que agarren experiencia y de esa forma se nutran de esos cuadros con muchos años luchando», sentenció.

LINO HIDALGO | elsiglo