Exposición aborda la historia reciente de Venezuela desde la novela gráfica

Los artistas venezolanos Ángela Bonadies y Juan José Olavarría establecen paralelismos entre la Torre de David, un rascacielos abandonado en el centro de Caracas, y las promesas incumplidas durante los últimos años en Venezuela; en la exposición que se inaugura mañana en La Virreina de Barcelona (noreste de España).

Olavarría
FOTO : REFERENCIAL

La muestra, “En las entrañas de la bestia”, forma parte de un proyecto más amplio iniciado en 2010; cuando los dos artistas decidieron sumergirse en la vida diaria de este rascacielos de 45 pisos y 195 metros de altura, que había sido ocupado por centenares de familias.

La Torre de David, llamada así porque su promotor fue el banquero venezolano David Brillembourg; empezó a construirse en 1990, como parte de un plan urbanístico impulsado por empresarios que habían amasado sus fortunas con el bum de la bolsa de los ochenta y pretendían crear una zona financiera al estilo de Wall Street.

Las obras se pararon en 1994 por la quiebra del grupo Confinanzas tras las sanciones impuestas por el gobierno de Rafael Caldera; según recordó este viernes Juan José Olavarría.

“El edificio se fue degradando a la vista de todos”, hasta que se empezaron a instalar familias; amparadas por el gobierno bajo la figura de la cooperativa habitacional Casiques de Venezuela.

Este edificio, el tercero más alto de Caracas, llegó a albergar unas 4.500 personas en su etapa de mayor densidad; antes de que el gobierno de Maduro decidiera desalojarlas.

“Esta torre es un icono que representa las últimas décadas de Venezuela: de la promesa modernizadora del capital hasta la promesa revolucionaria del Estado”; apuntó Olavarría.

El proyecto artístico de Olavarría y Bonadies cuenta con instalaciones, esculturas, fotografías y una novela gráfica, pero la exposición de Barcelona se limita a los dibujos originales de la novela gráfica; presentados con narrativa museográfica.

Los dibujos hacen referencia a la vida en la Torre de David y “a los múltiples paralelismos que hay con el Gobierno-Estado que dirige Venezuela”; aclaró Bonadies.

“Antes de ser desalojado, el rascacielos estaba dirigido, como el país, por una especie de ‘capo’; que organizaba la vida colectiva e imponía sus normas”, relató.

“Además -añadió-, estaba dividido por plantas de manera jerárquica: en unas vivían las clases dominantes; en otras el pueblo y en otras los marginados”.

“Es un buen ejemplo del delirio binario en el que vive Venezuela; en el que solo hay buenos y malos y, finalmente, nadie te representa”, finalizó.

EFE