Albóndigas caseras en salsa, la receta más sabrosa

La albóndiga; Si hay una elaboración en nuestra gastronomía que es bocato di cardinale; En mi afirmación no hay sitio para aquella de dudosa calidad que está tan dura que podría servir como arma arrojadiza. Yo hablo de la albóndiga bien ejecutada que todos podemos conseguir con esta receta de albóndigas, que es mi preferida.

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Hacer unas buenas albóndigas es fácil si seguimos unas pautas básicas: comprar una buena pieza de carne entera y pedir en la carnicería que nos la piquen; usar condimentos que aporten sabor sin enmascarar el de la carne, que es el principal; aportar jugosidad y terneza a la masa con pan y usar una salsa casera elaborada con mimo y producto fresco. Esta es la receta de albóndigas definitiva: ¿la vemos?

Ingredientes

  • carne molida400 g
  • Pan de molde rebanadas2
  • Huevo1
  • Leche30 ml
  • Mostaza de Dijon25 g
  • Ketchup40 g
  • Hierbas provenzales cucharadita1
  • Sal de ajo media cucharadita
  • Sal
  • Pimienta negra molida
  • Harina de trigo40 g
  • Aceite de oliva para freir
  • Salsa de tomate casera350 g

albóndigas caseras en salsa preparación

En un recipiente hondo y amplio mezclamos el huevo con la leche, la mostaza y el ketchup. Batimos bien y agregamos las dos rebanadas de pan de molde troceadas. Aplastamos con un tenedor hasta obtener una papilla homogénea en la que no se noten trozos de pan. Añadimos las hierbas provenzales, la sal de ajo y salpimentamos al gusto.

Agregamos la carne picada y mezclamos con las manos (bien limpias) para que se integren todos los ingredientes y sabores. Dejamos reposar la mezcla una hora en la nevera, con el recipiente bien tapado. Mientras tanto, preparamos una salsa de tomate casera. No la compréis preparada, este es un punto muy importante para conseguir que nuestras albóndigas pasen de estar ricas a ser, sencillamente, «las albóndigas definitivas».

Cuando la mezcla de las carne haya reposado, formamos las albóndigas. Tomamos pequeñas porciones, las boleamos y las pasamos por harina. Tardaremos un poco más si las hacemos pequeñas, pero el resultado es más delicado y después se cocerán más rápido en la salsa. Esta es una masa blanda, pero se deja manejar y da como resultado unas albóndigas tiernas en su interior y muy jugosas.

Una vez rebozadas las albóndigas, calentamos abundante aceite de oliva virgen extra en una sartén y las freímos a fuego fuerte durante un minuto. Queremos que queden selladas por el exterior, así que las volteamos con cuidado al freír. Escurrimos las albóndigas sobre papel absorbente antes de pasarlas a una cazuela con la salsa de tomate y cocer durante 10 minutos. Servimos inmediatamente.

El Siglo