Debido a la gran repercusión que se sabe que tiene la manera como nos alimentamos en el funcionamiento de nuestro cuerpo, en la regulación del peso corporal, en la prevención de enfermedades y en la adquisición de salud, han surgido numerosas dudas en cuanto a qué debemos y no debemos consumir, qué es lo recomendado y qué no, entre otras cosas. El hecho es que se ha llegado a un mal manejo de la educación nutricional y han surgido numerosos mitos.
Debido a la gran repercusión que se sabe que tiene la manera como nos alimentamos en el funcionamiento de nuestro cuerpo, en la regulación del peso corporal, en la prevención de enfermedades y en la adquisición de salud, han surgido numerosas dudas en cuanto a qué debemos y no debemos consumir, qué es lo recomendado y qué no, entre otras cosas. El hecho es que se ha llegado a un mal manejo de la educación nutricional y han surgido numerosos mitos.
La nutrición es la ciencia que estudia el conjunto de hábitos alimenticios, así como el estilo de vida en general y cómo estos se relacionan con nuestra salud. Se requieren conocimientos de bioquímica, fisiología, dietoterapia, clínica y experiencia para poder llegar a sacar conclusiones y poder realizar una recomendación con validez científica.
Mitos y más mitos
Verdad: La respuesta glicémica y correspondiente actuación de la insulina no es la misma para todos los carbohidratos. El azúcar de las golosinas y gaseosas se absorbe muy rápido. Eleva la glucosa en la sangre y hace que se secrete mayor cantidad de esta hormona que contribuye a la ganancia de peso.
Pero aquellos carbohidratos con alta cantidad de fibra como los contenidos en tubérculos (papa, camote), legumbres y frutas, no responden de la misma manera. No te van a causar ese efecto y además te van a aportar numerosos nutrientes. El eliminarlos de tu dieta te puede generar ansiedad, hambre, estreñimiento y eventualmente el efecto rebote.
Mito: Las grasas son malas.
Verdad: Evitar las grasas puede ser contraproducente para tu salud. Las grasas de tipo omega 3 contenidas en el pescado y en los frutos secos son esenciales para la salud cardiovascular. Se deben evitar las grasas trans y las grasas saturadas.
Mito: La yema de huevo te eleva el colesterol.
Verdad: El huevo no está fuertemente relacionado con el aumento de colesterol en la sangre. Las grasas que te elevan el colesterol son aquellas provenientes de carnes procesadas, embutidos, mantequilla y bollería industrial.
Mito: Los suplementos dietéticos son necesarios.
Verdad: Si bien algunas personas en particular se pueden ver beneficiadas con suplementos, no son la mayoría. Los suplementos alimenticios nunca pueden reemplazar una dieta saludable, solo complementar.
Mito: Voy a empezar la dieta detox de jugos para desintoxicarme.
Verdad: El hígado, los riñones y los pulmones trabajan 24 horas para eliminar sustancias nocivas y excretar productos de desecho del metabolismo. Necesitas consumir frutas y verduras como base de tu alimentación por sus increíbles propiedades, mas no hay que realizar ningún patrón de dieta restrictivo para disminuir de peso, ni mucho menos para “desintoxicarse”. Se trata de seguir un patrón dietético saludable. Ningún jugo va a eliminar grasa de tu cuerpo ni alcalinizar el pH de tu sangre.
Mito: Comer más seguido acelera el metabolismo.
Verdad: Si bien la digestión puede aumentar ligeramente la tasa metabólica, no se evidencia una gran mejoría en cuanto a pérdida de grasa. Lo único que realmente aumenta tu metabolismo es que incrementes tu masa muscular, ya que es un tejido metabólicamente activo que necesita de gran cantidad de oxígeno y energía para mantenerse.
Así que vayan todos a entrenar y olvídense de quemadores de grasa y de comer ocho veces al día. La distribución de los alimentos es efectiva para ordenar horarios y controlar hambre y saciedad, pero no porque te aumente el metabolismo.
Mito: Para perder grasa es necesario el cardio en ayunas.
Verdad: Es una cuestión de preferencia. No hay grandes diferencias en la pérdida de grasa entre una persona que se alimentó antes de entrenar y otra que no. Depende de todo lo que se consuma a lo largo del día y de la intensidad con la que realices los ejercicios.
Mito: Yo estoy o no saludable de acuerdo con lo que indique la balanza.
Verdad: El peso no es el indicador más importante para determinar la salud de una persona. El estado de salud se evalúa por sus niveles de energía, rendimiento, estado de ánimo, digestión, autoestima, relación con la comida, perfil lipídico (grasa en la sangre), glucosa en la sangre, hábitos adquiridos en cuanto a alimentación, sueño y ejercicio, composición corporal (grasa, músculo, agua). Olvídate de la balanza.
Mito: La fruta engorda.
Verdad: ¡¡Las frutas no engordan!! Cuando se habla de restringir el consumo de azúcar, es de aquella contenida en los productos ultraprocesados, azúcar de mesa y refrescos. No la de las frutas. Las frutas se digieren y absorben diferente y por ende su respuesta metabólica también lo será. La fruta te aporta una infinidad de vitaminas, minerales y antioxidantes vitales para tu organismo.
Mito (el último y el más importante): Pensar que la nutrición y la promoción del fitness como estilo de vida es una cuestión de calorías, macros, pérdida de peso e imagen corporal.
Verdad: Esa es una idea tóxica del fitness. La buena nutrición promueve buena salud física y mental. Va mucho más allá de la estética. Se basa en interacciones entre nutrientes, ambiente hormonal, estrés oxidativo, microbiota e inflamación. Así como ansiedad, emociones y trastornos psicológicos.
Adoptando un estilo de vida saludable, de manera natural y consistente, no tendremos que estar pendientes de mitos y modas en torno a la alimentación.