Las fuertes lluvias siempre dejan grandes consecuencias en las diferentes comunidades de la zona del sur de Maracay, estado Aragua, como ha sido la repetida historia en las últimas décadas.
Su ya crítica situación habitacional se agrava por la creciente del lago Los Tacarigua, cuenca endorreica que durante años ha destruido las casas de los habitantes de la comunidad, y sigue amenazando las zonas adyacentes.
Por estas circunstancias, para el año 2005 fue construido como solución temporal un muro de contención con una altura inicial de 412 metros sobre el nivel del mar, que para entonces la cota máxima de seguridad del Lago era de 408 msnm. Sin embargo, para 2011 y 2012 fue elevado 2 metros y 40 centímetros más por encima de la altura correspondiente a su capacidad de soporte.
No obstante, en el 2017 el muro fue reforzado en consecuencia de las fuertes lluvias acaecidas ese año dejando graves desastres, perdidas e inundaciones.
Tal es el caso de la comunidad Aguacatal II, población seriamente afectada por estar cerca del lago Los Tacarigua. Ante esta terrible realidad, son graves los resultados que deja la crecida de la cuenca para los habitantes de la zona; inundando sus hogares y en consecuencia debilitando la estructura física de las mismas.
HABLAN LOS DAMNIFICADOS
Jesús Mosqueda, habitante de la calle Paraíso de Aguacatal II, una de las zonas más afectados por el Lago desde hace más de 12 años, aseguró que son muchas las promesas y esperanzas que les han dado para ayudarlos y desalojarlos de la zona en riesgo, actualmente no han recibido respuestas, «hemos sido pacientes esperando que nos ayuden, pero aún nada, todos los jueves entregan viviendas en la Misión Vivienda y a nosotros no nos toman en cuenta, hemos ido a muchos lugares con la intención de que nos solucionen este problema que desde hace mucho nos afecta, pero que actualmente se ha vuelto insostenible».
«Mi casa se llenó de agua al igual que la de mis vecinos, sacaron algunos y otros nos quedamos cuando debimos irnos todos a la vez, hemos tenido la visita en años anteriores de entes gubernamentales y jefes de Estado y seguimos esperando a que nos ayuden y esperamos que nos reubiquen», afirmó Mosqueda.
Además Mosqueda dijo, «hay muchos que están en el cuartel La Placera y queremos que nos ayuden, si no están listas las viviendas que nos puede dar el Estado, pues nosotros lo terminamos pero necesitamos que nos ayuden con esta crítica situación habitacional a la brevedad posible, ya que el agua está afectando la estructura de nuestras casas».
Jesús Mosqueda explicó que han pasado alrededor de 2 años desde que sus hogares se inundaron a la altura de 1 metro aproximadamente, y esa fue la última vez que recibieron la visita de entes gubernamentales para ayudarlos a solventar los problemas. Asimismo, manifestaron que en ocasiones reciben la ayuda de Protección Civil y secretarios de gobierno pero van sólo hasta donde el agua no llega.
«Cuando llueve el agua se mete a 30 centímetros aproximadamente y tenemos que desalojar e irnos a casas de familiares mientras el agua baja, y por esta razón he perdido cama, nevera y la cocina la monté sobre un mueble, entre otras cosas», agregó Mosqueda.
LA PUNTA Y MATA REDONDA
Según los habitantes de Aguacatal II aseguraron que el muro de contención realizado al final de las urbanizaciones La Punta y Mata Redonda, afectaría el sector donde habitan, asegurando que las autoridades hicieron caso omiso y hoy enfrentan las consecuencias a la construcción del mismo.
Por su parte, Henry Blanco, vocero del comité de vivienda del refugio cielo abierto Aguacatal II, pide a los entes gubernamentales del Estado que se presenten en la zona para proponerles una solución, «así como el Gobernador vino en tiempos de elecciones buscando los votos, pues que se presente otra vez porque él conoce bastante este caso, pues tenemos 12 años de lucha pidiendo que no se construyera el muro y no nos hicieron caso, lo subieron de la costa 408 a la costa 415 y hoy nos enfrentamos a los resultados, las aguas metidas en nuestras casas, patrimonio de nuestros hijos y aún así fuimos declarados en situación de riesgo y seguimos aquí lucha tras lucha».
Agregó además que la Ley Especial de Refugios dignos es promulgada para proteger a la población en caso de emergencias o desastres como parte de las políticas públicas que lleva a cabo el Gobierno Bolivariano, «no se ha cumplido esa responsabilidad que tiene el Gobierno con nosotros, según la ley, hemos ido a la Defensoría del Pueblo con la intención de que alguien viniera y levantara un oficio y nos digan qué es lo que van a hacer con nosotros».
De igual manera, Franklin Perales, habitante de la calle El Paraíso, afectado por el lago le pide al jefe de Estado que necesitamos su ayuda en la zona. «Tenemos años aquí y no tenemos ayuda, cuando desalojaron al primer lote, algunas de esas personas no tenían ni 6 meses aquí y a ellos los ayudaron, mientras que nosotros que prácticamente somos quienes creamos y fundamos Aguacatal seguimos pasando necesidad, por eso pido al gobernador ayuda, porque no hayamos como solucionar esta situación».
«Nos inundamos y no tenemos como pasar, como arreglar esto que se sale de nuestras manos, no tenemos con quien contar, son años aquí pasando necesidades, pido encarecidamente la ayuda para mejorar nuestro estilo de vida», aseveró Perales.
SERVICIOS PÚBLICOS DEFICIENTES
No sólo las inundaciones son las causantes del sufrimiento de esta población, pues la carencia de los servicios públicos se ha convertido también en un dolor de cabeza para los damnificados.
Aseguran que el servicio de gas y agua potable es una inquietud que los ha obligado a buscar soluciones para solventar por sus propios medios estas circunstancias. Ante la problemática del gas doméstico han recurrido a la búsqueda de leña para cocinar a fogón, siendo esto otro problema para la salud de los vecinos de la comunidad.
Igualmente, para el agua potable se han visto en la necesidad de improvisar una tubería que conecte desde la otra calle para obtener el vital líquido, «Por lo menos tenemos alumbrado en las calles pero no tenemos agua potable y debemos agarrarla de la otra calle con tuberías que debimos improvisar, pedimos que nos incluyan en ese jueves de vivienda en el que incluyen a toda Venezuela, que nos incluyan también a nosotros», aseguró Jesús Mosqueda.
Alegaron también que la deficiencia respiratoria en los niños y adultos es bastante grave por el lugar donde habitan, y aseguran que pueden corroborar los problemas médicos en el Módulo Barrio Adentro donde las condiciones precarias en las que viven están afectando gravemente la situación actual en la que viven.
Henry Blanco también alegó que las aguas blancas salen como el color del papelón, aquí las deficiencias son muy graves, se le están violando los derechos a todo el mundo y denunciamos y nada. El gas es lo último que nos acaban de quitar, no podemos estar cocinando en leña y menos en esta situación de pandemia, hago un llamado público para que se aboquen a esta situación, ya este pueblo no aguanta más, ya basta de espera porque esta circunstancia es muy conocida por los entes gubernamentales».
Las personas agregaron que si no se abocan a la solución de los problemas que se están presentando en esta zona desde hace más de 12 años, con los derechos que la ley les otorga saldrán a las calles a protestar por las circunstancias en las que viven y por la falta de los servicios públicos, con el fin de captar la atención del jefe regional, logrando así conseguir la ayuda que tanto necesita la gente que habita al sur de Maracay a las orillas del lago y recuerden a las personas que habitan allí.
CLOACAS COLAPSADAS
Por otro lado, Rafael Villanueva es un afectado por las aguas negras que recorre la calle principal de Aguacatal II, asegura que a razón de vivir tan cerca de la laguna las inundaciones afecta el sistema de las cloacas de la zona, «tenemos años esperando que nos ayuden a solucionar, esto nos afecta gravemente.
«Pasan los años y nada que nos ayudan. El estado sabe la crítica situación que todos corremos por culpa de esta laguna, pido encarecidamente que nos brinden el apoyo que necesitamos; y ahora con estas lluvias la afectación es peor, nos inundamos a tal punto que debemos buscar donde quedarnos mientras el agua baja», alegó Villanueva.
Asimismo, Yolanda Bechara, también habitante de la calle principal, asegura que cuentan con una bomba que ayuda a sacar el agua más rápido cuando llegan las inundaciones y que actualmente está funcionando de forma óptima, «aunque la bomba funciona, en ocasiones no es suficiente, no podemos seguir viviendo aquí por esta problemática. Yo personalmente no quiero irme a pasar trabajo para un refugio, yo aspiro a que cumplan lo que nos aseguraron años atrás, una vivienda nuestra para poder vivir en paz lejos de la catástrofe que las lluvias nos dejan».
«Cuando nos inundamos tenemos que marcharnos de nuestros hogares porque es imposible vivir aquí, hemos perdido electrodomésticos y algunos hasta sus hogares a causa del agua», agregó Bechara.
En consiguiente, las fuertes lluvias son un dolor de cabeza para los habitantes de Aguacatal II, personas que viven en la angustia y zozobra por temor a un futuro incierto, que poco a poco ha ido destruyendo lo que con tanto esfuerzo les ha tocado durante años levantar.
JENNILET DÍAZ | elsiglo
fotos | RAFAEL SALGUERO