Los comerciantes de los tradicionales fuegos artificiales en la época navideña no bajaron sus ventas, mantuvieron un margen de ganancias aceptables en los establecimientos destinados para las ventas de estos pirotécnicos.
Productos como las cebollitas, estrellitas, fosforitos, y globos del deseo fueron los más vendidos en esta Navidad, como lo es la llegada del Niño Jesús.
Patricia Durán, vendedora expresó, «las ventas estuvieron este año mucho mejor que el año pasado, es decir, la gente salió a comprar más que todo para los niños».
Entre los productos más ofertados en los establecimientos comerciales fueron los fosforitos, las tortas, saltapericos, y luces de bengala.
Durán destacó, «las ventas para este 31 se pronostican como buenas, ya que muchas personas se están abasteciendo desde ya con los fuegos artificiales».
ATENCIÓN Y MUCHA PRECAUCIÓN
Los fuegos artificiales son un atractivo de colores y sonidos que para muchas personas es la alegría y el deleite en una celebración, que le pone el ambiente festivo a cualquier evento.
Sin embargo, el mal uso de los mismos puede causar pérdidas irreparables, quemaduras de alto grado e inclusive la muerte. Es por ello que se exhorta a los padres y representantes a mantener las precauciones del caso para evitar que se empañen las fiestas navideñas con un saldo negativo de niños lesionados por los juegos pirotécnicos.
Para ello se recomiendan las siguientes medidas de seguridad:
1 – No lanzar los cohetes con las manos, utilizar una base fija que apunte hacia arriba.
2- Los productos deben ser encendidos por un adulto; si van hacer manipulados por menores de edad, tener supervisión de un mayor.
3- No lanzar o arrojar hacia las personas.
4- Buscar un sitio lejos de líquidos o gases inflamables.
5- Buscar sitios alejados de casas, y espacios abiertos para encender los fuegos artificiales.
Vale la pena recordar que ninguno de los productos elaborados a base de pólvora es inofensivo, siempre debe ser administrado y manipulado por personas mayores de edad, en su sano juicio.
JOSÉ CARPIO G. | elsiglo
