Feliz Día de las Madres Aragua celebra a sus heroínas sin capa

Cada segundo domingo del mes de mayo, la familia venezolana se une para rendir homenaje a las madres guerreras, esas damas que no necesitan capa para ser heroínas en cada uno de sus ámbitos, y es que desde que nacemos nuestras madres nos enseñan a luchar por la vida y nos demuestran que su amor no tiene comparación con ningún otro.

María Teresa Clavijo, orgullosa de su único hijo
María Teresa Clavijo, orgullosa de su único hijo

Una rosa, una carta, un desayuno, son algunos de los detalles que ese día tan especial le regalamos a nuestras madres, esto como una forma de retribuirles simbólicamente cada uno de sus sacrificios por nosotros, ya que la mayoría de ellas tuvo que cambiar el rumbo de sus vidas al conocer nuestra llegada.

En la actualidad las madres se ven obligadas a tener muchas facetas, muchas son amas de casas, otras profesionales de alguna carrera universitaria, otras dedican parte de su vida a la labor social y muchas más se dedican a sus esposos e hijos, y es que así son las mujeres, dispuestas a enfrentar todos los retos que se le presenten, siempre con una sonrisa en la cara.

 

HIJOS A TEMPRANA EDAD

María Teresa Clavijo es la muestra de que tener un hijo a una corta edad no es una limitación para cumplir sus objetivos y continuar con sus estudios; “tuve a Salvador a los 20 años, era un momento de la vida donde no lo esperaba, pero sin embargo ha sido la mejor experiencia de mi vida. Sin duda ser madre tan joven resulta complicado porque se dice que el futuro va a hacer muy difícil y tus posibilidades de cualquier formación profesional se ven truncadas por esta experiencia, pero para mí fue todo lo contrario“.

Aunque la sociedad tiene un concepto diferente y en muchos casos un poco cruel cuando se tiene un bebé a corta edad, Clavijo deja claro que gracias al apoyo de su familia se logró convertir en la mejor versión de sí para su único hijo, “tengo una familia genial, me atrevo a decir que es la mejor del mundo, mis padres son apoyo, consentimiento, dedicación, solidaridad y compromiso, eso es lo que hemos intentado transmitirle a Salvador“.

Y a pesar de que se vio forzada a cambiar el rumbo de su vida, a sus 38 años María Teresa se siente orgullosa de su hijo y su familia; “tuve que cambiar de carrera, en ese momento estaba estudiando Relaciones Industriales en Valencia y me tocó dejarlo, a pesar de eso me gradué muy rápido, saqué mi licenciatura en educación y es que Salvador tenía apenas tres meses cuando empecé a estudiar y poco a poco continué mi proceso de profesionalización, hoy en día tengo diplomados y estoy como tesista de mi especialización en Comunicación Política y Opinión Pública, eso te demuestra que tener un hijo joven y sola era algo que iba a truncar la oportunidad de ser una profesional integral, al contrario siempre y cuando tu cuentes con un apoyo familiar que te respalde todo es posible y a eso se le sumas las ganas de salir adelante“.

Además, María Teresa resaltó que cuando se toman responsabilidades, como tener un hijo y casarte, a una temprana edad te ves obligada a tomar un papel de adulto, “Salvador es lo máximo, un muchacho bueno y responsable, en julio será su graduación para empezar a estudiar derecho y eso para mí y mi familia es un orgullo, creo que mi hijo es un niño feliz que a pesar de las circunstancias ha logrado cumplir sus metas y espero que yo pueda brindarle todo el apoyo y oportunidades que en mi momento mis padres me dieron, sé que sin su apoyo y nobleza yo no me hubiera podido desempeñar en mi carrera política“.

Clavijo recalcó que llevar una carrera política y a la vez ser madre de un adolescente ha sido difícil ya que el tiempo es limitando, “cuando uno decide a dedicarle parte de tu vida a luchar por la libertad de un país, donde te sientes en riesgo por lo que ha ocurrido con figuras que realizan el mismo trabajo que yo, siempre es bueno contar con una familia que ha arropado a Salva en los momentos donde yo no estoy“.

Para María Teresa una de las mejores facetas de su vida ha sido ser madre y a pesar del corto tiempo trata de disfrutarla al máximo, “para Salvador le pido que siga siendo lo que hoy es, una persona buena, noble, que me ha comprendido y que por sobre todas las cosas siempre está su abrazo y su quererme, que no deje de llamarme cuatro veces al día para saber cuándo voy a regresar a casa, eso para mí es un apoyo, después de llegar de un día tan difícil poder ver televisión juntos, comer, poder estar, eso es un premio, siempre debemos luchar por lo que queremos y decirle tiempo a nuestros hijos, tiempo de calidad lleno de cariño“.

 

COMPARTIR MOMENTOS

Joana Sánchez, es una mujer que divide su vida entre sus dos hijos, su esposo, y el pueblo del municipio Santiago Mariño, donde el día a día y el compromiso con su trabajo la ha enseñado a compartir momentos de calidad con el pequeño Zaied, de 9 años y la chiquita Ziara, de solo días de nacida.

Tuve que aprender a ser madre y ser alcaldesa, son dos roles distintos, pero en el marco de lo que nosotros pregonamos del amor y los valores nosotros vamos reconciliarnos con nosotros mismos, hace nuevo años cuando di a luz a mi primer hijo tenía una serie de contradicciones, estaba iniciando mi carrera política, pero uno a poco se ha ido armonizando con lo que realmente tenemos convicción, el rol es distinto, pero tenemos que aprender a atender a nuestra gente a pesar de las circunstancias“.

Sánchez detalló que a diario se enfoca en realizar las dos tareas que le ha otorgado la vida, aprovechando al máximo ya que los tiempo son cortos, “me toca que mientras estoy amamantando debo dar una orientación por teléfono, el tiempo es fuerte y tenemos situaciones muy difíciles, toca canalizar por medio del deporte, a través del yoga, que permita relajar y encontrarnos con nosotros mismos, cuando se tiene vocación el amor por nuestra gente nos hace distintos“.

Y como siempre es bueno tener un buen apoyo a su lado, a Joana Dios le dio la bendición de tener más allá que un hijo mayor un gran amigo y aliado, “mi hijo es una gran bendición, mis hijos me demandan tiempo de calidad que van más allá que hacer las tareas, me cuesta mucho, pero estoy agradecida con mi Zaied, es el asistente ideal, me acompaña para todos lados, está muy pendiente de mí y de todo, está pendiente hasta de quién está trabajando en la alcaldía y quien no, más que mi hijo mayor es mi compañero de vida“.

Sánchez después de 9 años vuelve a tener a una bebé en sus brazos y junto con su esposo, Manuel Hernández, y el pequeño Zaied, trabajan para tener un gran hogar; “mi hijo ha estado un poco sentimental con la llegada de su hermanita, ahora es más difícil regañar ya que está un poco chiquito, pero el rol de ser madre es espectacular y aunque es duro en estos tiempos si debemos traer hijos al mundo y es nuestro trabajo atenderlos bien e inculcarle valores, un niño con valores es esa semilla distinta en la sociedad“.

 

POLICÍA Y MADRE

La comisionada Yasmín Camacho, dio a luz a su primer hijo a los veinte años cuando ya dedicaba su vida a Policía de Aragua, en un ambiente donde era netamente masculino; le tocó aprender a maquillarse y resaltar sus rasgos de mujer a pesar de las adversidades.

La policía ha evolucionado mucho, antes nos tocaba imponernos, las mujeres debían masculinizarse para poner defenderse en ese ambiente, aunque mis compañeros siempre me cuidan en los momentos de realizar los procedimientos, siempre debía mantener los labios pintados y como estaba recién graduada usaba el corte de cabello máquina, en una oportunidad un niño se me acercó a preguntarme si era un hombre o una mujer, pero siempre cargaba mis uñas pintadas de rojo“.

Para Camacho, casarse y tener un hijo le cambió la vida: “Tuve una primera pérdida que me devastó, pero seguí en mi trabajo y dedicándole tiempo a mi hogar, quedar embarazada de mi primer varón fue lo mejor, trabajé hasta el último momento de dar a luz, nunca me pierdo el primer día de clases de mi hijo ni un día de las madres y trato de estar con ellos lo más que pueda, con tiempo de calidad. Mi trabajo y mis hijos son primero, estoy enamorada de mi vida y de lo que hago, mis pequeños se llevan 10 años de diferencia así que estoy preparada para su adolescencia“.

Y aunque no todo en la vida resulta positivo, a Camacho le tocó vestirse de valor y valentía para afrontar la muerte de su madre; “tener a mi segunda hija fue una decisión que tomé como madre y como mujer, perdí a mi madre ya que padecía de cáncer de mama y en ese momento me di cuenta que no podía dejar a mi hijo solo, tenía que tener un compañero, alguien con quien contar en caso de que yo no esté, en caso de una enfermedad cómo mi hijo podrá cuidarme, no podía dejarle esa responsabilidad y por esa razón tomé esa decisión“.

A pesar de la situación tan complicada, a Camacho le tocó asumir responsabilidades; “para mi hermana y mi papá la muerte de mi madre fue un momento muy duro, nosotros celebramos los días de las madres los días sábados y los domingo por costumbre, mi madre murió un 7 de mayo a las 11:00 de la noche y el día siguiente era el día de las madres, ya habíamos celebrado en familia, los momentos son duros y tratamos de mantener la tradición a pesar de que ahora falta mi madre, amo ser policía y trato de equilibrar lo más que pueda, mi trabajo y mi familia es lo más importante. Mi hija está orgullosa de su madre y de su profesión, y en diversos momentos el carácter de policía me ha ayudado mucho, existen sus ventajas, pero el amor siempre es lo más importante, mi uniforme me ha ayudado a impulsar respeto y sin duda mi decisión de vida me ha ayudado mucho“.

MÓNICA GOITIA | elsiglo
fotos | JOSÉ RAMÓN GONZÁLEZ