Atroz homicidio conmueve a vecinos del sector Manuelita Sáenz

Un atroz homicidio conmueve a toda la comunidad Manuelita Sáenz y sectores circunvecinos del municipio Sucre y ese hecho de sangre, por lo demás, desgarrador y aterrador, generó la movilización de los mejores investigadores de la policía científica, al mando del comisario Edgard Hernández, jefe de la División de Homicidios Aragua, quien directamente supervisó el mínimo elemento que permitirá identificar y dar captura a los culpables de ese crimen que llamó poderosamente la atención de un colectivo que ¡clama justicia!

De acuerdo a los datos obtenidos a través de la vecindad, el jovencito de 15 años de edad, identificado como Dominic Ortiz Cañas, se encontraba desaparecido desde el martes, cuando su señora madre, Erika Cañas, se dirigió al Hospital José María Vargas, en Cagua, en donde se desempeña como profesional de la enfermería.

En ese pipote los homicidas metieron el cuerpo de su víctima

Le preparó y le dejó la comida para que cenara. Antes de abandonar su hogar, le echó la bendición a su único hijo, expresándole palabras cómo: “Hijo, no salgas a la calle y cualquier cosa me llamas”.

Se encomendó a Dios como su único Protector. Así transcurrió la noche del martes y la madrugada del miércoles. Al llegar a la casa y esperanzada de encontrarse con su muchacho para prepararle el desayuno, se vio sorprendida de que Dominic no estaba por ningún lado.

Pensando lo peor, la enfermera salió rápidamente a la calle preguntando entre los vecinos que si habían visto a su hijo y la respuesta fue negativa: “Erika, no sabemos nada de su hijo…”.

Las horas siguieron transcurriendo y la preocupación aumentaba cómo especie de “una olla de presión”. Convencida de que el joven había salido hacia algún lugar sin avisar, le tranquilizaba un poco ¡Qué carajito! ¿Por qué me haces esto? Fueron interrogantes que no tuvieron respuesta en lo inmediato.

Ayer se levantó y seguidamente se acercó al cuarto donde dormía el adolescente, encontrándose con una cama vacía y fría. Se preguntó: ¿Algo raro está pasando y no me voy a quedar de brazos cruzados?

Se medio arregló para dirigirse al Cicpc de Cagua, en donde consignaría una denuncia como persona desaparecida, y al pasar por un pipote de plástico de color azul, ubicado en un pequeño pasillo que conduce a la cocina, donde ella acostumbra almacenar agua potable, sintió una fetidez inaguantable.

Descartando cualquier mal pensamiento, Erika destapó el envase y su mayor sorpresa fue que lo encontró lleno de arena con agua, además la hediondez era insoportable. ¡Y esto qué es…! ¿Quién hizo esta maldad? Habría expresado la atormentada madre.

Erika Cañas estalló en llanto tras el hallazgo del cadáver de su único hijo

Pensando lo peor, la enfermera excavó el recipiente y descubrió en el fondo del recipiente algo extraño: Se trataba de su hijo, ya en proceso de descomposición. Gritos aterradores sorprendieron y alertaron a la comunidad y la gente preocupada de que algo sucedía, se acercó a consolar aquella madre que gritaba: “Me mataron a mi hijo”, frase que repetía insistentemente.

CICPC EN EL SITIO

Minutos más tarde, comisiones de la Base de Homicidios de Santa Cruz, bajo la tutela del comisario Edgard Hernández, se trasladaron al lugar del suceso ubicado en la calle 7 de Manuelita Sáenz I, en Cagua del municipio Sucre, dando inicio a las averiguaciones de rigor.
Los sabuesos abordaron la vivienda signada con el número 58, percatándose luego que estaban en presencia de un homicidio. Tras visualizar la escena del suceso, los dirigidos por Hernández, se dieron cuenta que el menor había sido estrangulado.

Se presume que Dominic se resistió a la acción vandálica y por eso los hampones procedieron a asfixiarlo, introduciendo más tarde su cuerpo dentro del pipote lleno de agua y posteriormente le arrojaron arena y tierra hasta cubrirlo todo. Se trató de un hecho premeditado.

ROBO DE PERTENENCIAS

En la inspección ocular, se determinó que una vez que cometieron semejante hecho, los delincuentes se llevaron una bicicleta, una bombona de gas doméstico y un microondas, así como otros objetos de la enfermera.

Se sospecha que en la escena del crimen participaron más de tres antisociales y todo apunta que se trataría de una peligrosa banda de criminales. No se descarta bajo ningún concepto que los homicidas habitan en Manuelita Sáenz.

Los sabuesos colectaron todas las evidencias posibles y desde ya están analizando todas evidencias y es muy probable que se tengan pistas de los autores del vil homicidio.

EL MENOR VIVÍA EN MATURÍN

Por otro lado, se tuvo información que el menor residía con su progenitor en la ciudad de Maturín del estado Monagas y se vino a Cagua, luego de que una serpiente lo atacó en enero pasado.

Erika Cañas, su progenitora, como es enfermera, se lo trajo a su casa para cuidarlo y estar pendiente con el tratamiento e igualmente en la comida. El joven realizaba un curso en el Inces.

DEFENDIERON SU COMPORTAMIENTO

Ante la presencia de los reporteros en la escena del suceso, una poblada se acercó a los periodistas, defendiendo el comportamiento del menor. Ese muchacho no tenía problemas con nadie y era el único hijo de Erika.

Las mujeres del barrio defendieron el comportamiento del chamo

“Defendemos su comportamiento en la comunidad e igualmente de la señora. Se trata de una persona muy servicial y colaboradora. Uno le pide el apoyo en algo y nunca dice que no, es muy atenta y en los momentos más difíciles de su vida, aquí estamos dándole todo nuestro apoyo”, expresaron los habitantes.

PIDEN JUSTICIA

La población, en medio de su consternación y repudio, rechazó ese tipo de hecho y el Gobierno a través de sus órganos auxiliares, debe actuar con todo el peso de la ley contra quienes cometieron semejante crimen.

Vecinos claman justicia

Hay que sembrar un precedente sobre esas historias como la ocurrida en ese sector no se repitan. Los que cometieron vil asesinato deben llamarse “Los Monstruos de Manuelita Sáenz”, dijeron los vecinos, todos atribulados.

La comunidad mostró solidaridad con la enfermera del Hospitalito de Cagua