Como un cuento de “espanto y brinco” se encuentra el Cementerio Metropolitano, ubicado en la avenida Casanova Godoy, municipio Santiago Mariño, debido al estado de deterioro en que se encuentra.
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Deudos y vecinos del camposanto indicaron que no hay un día en que puedan visitar a sus respectivos difuntos, pues en la zona impera la delincuencia y prevalecen las tumbas profanadas.
“El cementerio es uno de los sectores más abandonados de la ciudad, tal vez porque sus habitantes no dan réditos políticos. Las sepulturas están a la orden de la desidia y sobre ellas suceden cosas impensables”, comentó Zoraida Cartilla, quien iba tomada de la mano de su madre, de nombre María Ortega, rumbo a un sepelio.
Cartilla indicó que el pasado mes de junio se trasladó al cementerio a visitar a sus seres queridos, colocando flores y limpiando sus lápidas, además de realizar otros arreglos, no obstante, “al entrar al camposanto y verlo en tales circunstancias, se desorientó y ya no sabía donde estaba la tumba de sus parientes.
“El monte cubre las tumbas ante la falta de mantenimiento, esto no es ni la cuarta parte de los que era años anteriores, un cementerio relativamente cuidado; ahora da mucho de que hablar”, agregó.
Ante este incómodo escenario, los reporteros de “elsiglo” se trasladaron a la oficina del encargado del área, sin embargo, esta instancia se encontraba cerrada y nadie supo dar razón de los responsables del cementerio.
El equipo continuó indagando hasta localizar uno de los empleados, quien algo inquieto nos comentó que la causa principal de la desidia era la falta de desmalezadoras, las cuales estaban dañadas; “las están reparando, por ello el monte ha crecido tanto”, aclaró.
Cabe destacar que estos espacios fúnebres no cuentan con agua ni alumbrado eléctrico; “aquí funciona uno que otro faro, por lo tanto el camposanto de noche parece una boca de lobo, mientras que el agua llega de a poquito”, relató.
RAIZA VILLAFRANCA | elsiglo
Foto | RAFAEL SALGUERO
